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Ned Branthley

—La cena estuvo deliciosa

—Le parece —Aileen tiene una sonrisa hermosa pegada en el rostro. —Cocinar si me tocó aprenderlo sola. Bueno mirando recetas en internet.

—Pues tienes buen sazón —su sonrisa se ensancha más, lleva su vaso lleno de vino a los labios.

—Dígame algo detective...

—Por favor llámame Ned.

Sonríe y coloca su cabeza de lado.

—Ned... —el sonido de su voz cuando dijo mi nombre me hizo tragar grueso—. ¿Cómo es que usted no está casado?

Muy buena pregunta realmente, la misma me la he hecho una y otra vez; mi madre también suele cuestionarme sobre ello, pero no creo poder casarme, mi trabajo tiene muchas limitaciones, eso conlleva mucho tiempo y no creo ser capaz de arrastrar a ninguna mujer a este tipo de vida.

—No ha llegado la indicada —respondo llevando la última cucharada de pasta a la boca.

—¿Sí? ¿Cómo sería la indicada para Ned Branthley?

—No lo sé —sonrío—. Simplemente no me he sentido atraído por nadie en mucho tiempo.

—Comprendo. Pero le daré un pequeño consejo, nunca espere a alguien indicado, recuerde que no hay nadie tal para cual en el mundo; cada uno de nosotros somos únicos y esenciales, con defectos, errores y si usted espera a su alma gemela, tal vez nunca la encuentre. Mi padre una vez me dijo: "Lo inesperado muchas veces suele ser lo mejor de la vida".

Por pequeños segundos noté como sus ojos se cristalizaron al hablar de su padre. Pero solo fueron pequeños segundos que se esfumaron en cuanto sonrío de nuevo.

—Muy bonitas palabras —digo—. Tu padre tiene razón.

Luego de ayudarla aún en contra de su voluntad a lavar los platos, decidí irme a casa; al entrar percibí el familiar aroma a soledad, moho que desprende mi casa, todo a oscuras y vacío, como si nadie viviese aquí. Nada comparado a la casa de Aileen. Me quedé dormido pensando en ella: lo fácil que le es hablar, lo bien que la sonrisa le queda en los labios, lo lindo que sus ojos brillan cuando le gusta algo.

Cualquiera dormiría feliz luego de pasar un rato con ella.

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Cuando decidí ser policía no pensé llegar a tener nunca uno de estos casos, mi padre jamás enfrentó a un asesino serial y en esta ciudad del país nunca se había escuchado de algo así. Pero cuando decidí ser policía mi deber fue hacer justicia.

—Necesitamos que nos digas todo lo que sepas. ¿Por qué decidieron venir a Partson? —Hillary trata de hablarle calmadamente al chico frente a  nosotros—. ¿Alguien los invitó?

Realidad difusa (Completa) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora