Lo que ves, ¿es lo que parece? Tus ojos alcanzan a ver todo lo que quieren o, ¿solo lo que pueden?
En una gran ciudad han empezado unos homicidios fuera de lo normal. ¿Cómo así? Pues las víctimas TODAS son hombres entre los 20 y los 24 años de edad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hillary Duff
El viaje se ha tornado un tanto silencioso, pero realmente lo agradezco. Así puedo tener mi mente concentrada, más enfocada en lo que vamos hacer, hacia donde vamos.
Mi pueblo natal.
Es increíble como había pasado tanto tiempo huyendo a algo como esto, tener que volver al lugar que me vio nacer. Mi madre y yo nos mudamos al año después de la muerte de papá, cuando las personas se cansaron de darnos el pésame, ya todo era monótono para nosotras.
Le agradecí con el alma la decisión de irnos a otro país incluso. Era terrible tener que estar en el lugar donde todo mundo te conoce y sabe de ti, mucho más si tu papá era un policía activo del lugar.
Aunque he cambiado un poco físicamente estoy segura que más de una de esas señoras me recordarán, así que espero no tener que encontrarme a nadie.
—Según esto, ya deberíamos estar cerca.
Giro mi rostro hacia Ned, quien está a mi lado de copiloto, tiene el gps encendido; aunque yo sepa exactamente a donde vamos.
—¿Cuánto falta exactamente?
Aileen pregunta, su voz un poco apagada, como si estuviera cansada. Va detrás junto a John, la miro por el retrovisor y noto su mirada en Ned.
—Según el gps 45minutos —contesta éste brindándole una sonrisa muy pequeña a ella—. Creo que nos ahorramos más tiempo del que creíamos.
La verdad nos hubiésemos ahorrado hasta una hora más, pero dejé que fuera Ned con el gps quien nos guiara; no quiero que sepan que sé a donde me dirijo.
—Ah, toma —John extiende un pañuelo a Aileen—, gracias por habermelo prestado, me sirvió de mucho.
—No tranquilo, quedatelo. No me hace falta. No te preocupes.
Ella le sonríe de vuelta, él asiente con una sonrisa en los labios. Observo a mi lado y veo como Ned traga un poco grueso, deja de mirarlos por el retrovisor. No sé por qué pero siento que algo pasa entre el detective y la estudiante. Aferro mis manos al volante y decido ignorar todo a mi alrededor. Prefiero pensar en un problema a la vez.
Uno a la vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.