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Hillary Duff

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Hillary Duff

No quise sonar demandante pero así pasó. Los ojos de Ned se abrieron en sorpresa y poco a poco noté que se relajaba. No dejé que me contestara y me adelanté a salir, dando por hecho que me seguiría. A los pocos segundos sentí sus pasos y le agradecí al cielo.

No dije mucho en todo el camino más que responder en monosílabos a donde quería ir a comer. Realmente el sitio no me importaba mucho, quería un lugar tranquilo y privado. Estaba muy nerviosa, mis manos sentía que sudaban y mi corazón latía fuertemente, no sé cómo describirlo; pero sí, sé, que se siente como si estuviese a punto de vomitar y una sensación de desmayo terrible.

-Bueno, conozco un lugar que tiene buena comida. Hace mucho que no voy -es Ned hablándome, se nota que no le gusta estar en silencio-, es un bar restaurante, muy bueno.

-Me parece bien.

Me limito a decir. Lo escucho suspirar y me maldigo mentalmente por comportarme tan grosera.

-Quisiera decirte algo -comienzo a decir sin mirarlo - por eso quiero que sea en un lugar seguro. Es... algo privado.

Lo veo que asiente con su cabeza pero no agrega más nada. El auto de él está un poco caliente o es mi nerviosismo que me hace sentir calor. Así que abro la ventana sin pedirle permiso. La brisa sopla fuerte y logra refrescarme y calmarme, creía que iba a ahogarme. Al cabo de unos minutos -los cuáles transcurrieron en silencio- llegamos a un bar atestado de personas en la entrada. Predominaba el negro en todos ellos.

-La zona VIP es más calmada -le escucho decir mientras busca un buen lugar para estacionar. Supongo que lo dijo por mi expresión al ver el poco de personas haciendo fila.

Al bajarnos emprendo mi camino junto a él, voy directo hacer la fila, pero antes de que me separe mucho me toma de la mano sin mi permiso. Acto que me sorprende y me deja algo estática. Saluda al guardia y este con una gran sonrisa y un saludo militar le deja pasar, pero antes puedo escuchar un: "tiempo sin verlo, detective". Ya adentro, como en todos los bares, el olor a alcohol no se hace esperar, el sonido apabullante de la música me amenaza con dejar sorda, y el tumulto de personas te asfixia y te chican; cruzamos el gentío y llegamos a unas escaleras, en todo el transcurso Ned no me ha soltado de la mano.

Allí de pie hay dos guardias más, Ned les muestra algo que saca de su cartera mientras suelta mi mano y allí, es cuando siento su ausencia, se sintió bien dejarme llevar. Los guardias revisan la tarjeta y le dejan pasar, por alguna razón absurda quiero que me vuelva a tomar de la mano, pero eso no sucede.

Un chico vestido con camisa negra y pantalones del mismo color, nos recibe, lleva un pequeño lazo blanco en el cuello. Lo hace ver muy mono.

-Bienvenidos a la zona VIP, ¿Tienen mesa reservada?

-No. -responde Ned- ¿Puedes ubicarnos en un sitio más... solo?

Verlo hablar así tan formal y tranquilo es algo nuevo, en la oficina es un poco como más reservado. El chico asiente y se aleja, diciendo que ya nos avisa.

Realidad difusa (Completa) #Wattys2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora