Lo que ves, ¿es lo que parece? Tus ojos alcanzan a ver todo lo que quieren o, ¿solo lo que pueden?
En una gran ciudad han empezado unos homicidios fuera de lo normal. ¿Cómo así? Pues las víctimas TODAS son hombres entre los 20 y los 24 años de edad...
No dormí en toda la noche, después del interrogatorio con Frank mi mente daba vueltas, todas las fotografías de las pruebas frente a mí me sobrepasaron, ¿cómo llegó eso allí? Y ¿en qué momento, esa mujer pudo hacer todo eso? Hubiese preferido que hubiese sido el detective quien hablara conmigo, quise decirle a Frank lo que descubrí, pero nisiquiera me dejó formular alguna oración.
Me dieron el derecho a una llamada, lloré al teléfono con mi madre, quien la sentí bastante desesperada, le pedí que solicitara mis abogados, así que espero que lleguen pronto. Acaba de amanecer, la luz del sol entran por las rejillas del lugar donde estoy, jamás creí que la banca de cemento en esta celda me fuera un gran alivio a la hora de arrecostarme.
—Hillary Duff, la solicitan en sala.
Fruncí mi cejo ¿tan temprano me van a volver a interrogar? Me acerqué a la reja y el oficial colocó las esposas en mis manos, fui llevada directo a la sala de interrogación. Cuando el oficial abre la puerta veo al detective sentado de espaldas a mí, por alguna extraña razón sentí un poco de alivio, sé que él va a escucharme, tengo que advertirle.
El oficial como es costumbre me guía hasta la silla frente a él, Ned no me mira al rostro cuando me siento. Tiene algunas carpetas en la mesa, supongo que él también vio las supuestas evidencias en mi departamento. Cuando levanta su rostro hasta el mío, me percato de lo grande que tiene sus ojeras, de lo hinchado que se ven sus ojos, como si estuviese llorando.
—Todas esas son falsas evidencias —Digo antes de que él diga algo, su mirada me estremece, la expresión que tiene en el rostro no me gusta.
—¿Falsas? —Se arrecuesta en su silla y cruza sus brazos sobre su pecho—, ¿por qué?
—Escucha Ned, yo no soy la asesina, estaba buscando las pruebas correspondientes y las hallé, justo cuando ustedes llegaron a arrestarme estaba a punto de llamarte.
—¿Si sabes por qué la orden de arresto fue emitida, cierto?
—Frank me dijo que porque un testigo aseguró que le dije mi nombre a la víctima del bosque.
—Y luego en tu departamento encontramos eso...
—Se que todo apunta en mi dirección, pero es que ella nos ha engañado...
—¿Ella quién Hillary?
Pienso un poco lo que voy a decirle, quiero que me crea, que en verdad lo haga.
—Aileen.
—¿Aileen? —Levanta su cuerpo de golpe, sé que no se esperaba esto.
—Ella es la hija de Alice Franz, y tengo las pruebas.
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Ned Branthley
No esperaba lo que me dijo, mi reacción fue instantánea, sin quererlo la miré mal, ¿tenía que inculpar a otra, para salvarse? ¿Qué tan mal estaba de la cabeza?