Asesina
Todo le ha salido muy bien. Tanto que el baño en la piscina mientras bebe un champán le sabe a gloria. Poco a poco va trazando sus hilos, y cada uno de los que le hicieron daño pagarán.
Su madre ya lo ha hecho, ese policía bastardo también. La idea de guardar las pocas cenizas de lo que quedó del cuerpo de su madre le ha servido para mucho. Los policías estarán donde ella quiere, y justo cuando lo quiere.
Sonríe mientras toma otro trago. La victoria sabe dulce, sabe a sangre.
Tiene incluso el pensamiento de escribir un libro, colocando a cada una de sus víctimas como trofeo. Mientras ellos están buscando en ese pueblo, ella les preparó otro regalito. Aunque este no había sido nada fácil, era un chico serio, muy bien portado. Pero desde que lo vio había tenido la necesidad de poseerlo, atraerlo y claro, matarlo.
Era difícil, más porque el chico era de la ciudad y con todo el cuento que la farándula y las noticias tenían montadas sobre ella, hacía que los chicos estuvieran más alerta. Tuvo que ganárselo, tuvo que convencerlo de que ella, era buena. Hasta que lo consiguió. Ver brotar la sangre de su miembro viril había recompensado el tan absurdo de la muerte de Marcos, allí no sintió ningún placer. Los hombres debían morir por su miembro más amado y asqueroso que tenían, ese que usaban para ultrajar a las mujeres; ella sentía verdadero asco de tan sólo pensarlo, pero adoraba cuando podía enterrar allí su cuchillo.
Salió de la piscina y se colocó una toalla, el lugar estaba vacío, en la azotea de su edificio no entraban muchos, por eso le pareció bien relajarse e ir allí.
En dos días la policía encontraría el cuerpo.
Y ella disfrutaría tenerlos de un lado para otro.
Ned Branthley
No creo que pudiera ir más rápido. El auto chirraba con cada movimiento, estaba aturdido.
Ella hizo muy bien su jugada. Y nosotros caímos en ello. Agradezco que nadie se queje de la velocidad que llevo, aunque bueno también ayuda el hecho de que la carretera por este lugar es vacía.
Llegamos a la estación de policía.
Varios se acercaron y nos entregaron unos papeles.
—Lo han encontrado en su departamento —Dice la oficial Ana.
—¿No en el bosque? —Entramos todos en la oficina, abro la carpeta y veo las fotos. Es un chico joven, con la expresión serena.
—No. Tampoco es extranjero.
—¿Es de Aqui? —Hillary pregunta parándose detrás de mí y observando también las evidencias.
—Sí, su nombre es Julián Benedic, ni es estudiante, trabaja como repartidor de pizzas.
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Realidad difusa (Completa) #Wattys2022
Misteri / ThrillerLo que ves, ¿es lo que parece? Tus ojos alcanzan a ver todo lo que quieren o, ¿solo lo que pueden? En una gran ciudad han empezado unos homicidios fuera de lo normal. ¿Cómo así? Pues las víctimas TODAS son hombres entre los 20 y los 24 años de edad...