Lo que ves, ¿es lo que parece? Tus ojos alcanzan a ver todo lo que quieren o, ¿solo lo que pueden?
En una gran ciudad han empezado unos homicidios fuera de lo normal. ¿Cómo así? Pues las víctimas TODAS son hombres entre los 20 y los 24 años de edad...
Hoy estaba más feliz de lo normal. Todo en su vida estaba marchando mejor que nunca, tenía a la policía justo donde quería. Su sonrisa en el espejo reflejaba orgullo, se sentía capaz de eso y más. Esa tarde, después de darse un baño relajador de agua fría, comenzó a maquillarse, su peluca rubia esta vez no se la pondría, en su lugar utilizaría una color castaño claro, colocó lentes de contactos color miel en sus ojos, maquilló y colocó piel falsa en su nariz. Tenía un plan, era algo que había pasado por su cabeza hace unas pocas semanas atrás, pero quería dejar todo en su lugar antes de llevarlo a cabo.
Luego de mirarse al espejo y ella misma no poder reconocerse, asintió feliz ante el reflejo. Hoy comenzaría su cacería a la nueva víctima. Debía actuar con mucho cuidado, ser muy detallista y sobre todo; calculadora. Sí esto salía bien, podría consolidarse como la mejor asesina serial del mundo.
Recogió todo, limpió su habitación. Debajo de su cama, guardaba toda una maleta llena de pelucas y maquillaje profesional. En el piso tenía un hueco donde podía guardar todo sin problema. Por si acaso alguna vez alguien entraba allí, no encontrarían nada en la superficie. Al vestirse, optó por unos pantalones gastados, de raspaduras en las rodillas, una blusa blanca con un signo del infinito en frente, le quedaba un poco ancha, pero era perfecto. Quería parecer una chica linda y tímida, para nada quería ser como Emili, Emili había sido coqueta y sexy, había atraído a varios chicos y había logrado cumplir sus planes. Pero Roxane sería distinta. Sería, tímida, tranquila y muy intelectual. Ella sabía como adoptar sus personalidades muy bien.
Lo de las cenizas de su madre en el labial le había quedado de maravilla. De algo le había servido el haber agarrado un pedazo de piel casi calcinada de su madre aquél día. Tendría a esos policías muy bien ocupados y molestaría a esa Agente del FBI, tan creída y fastidiosa. Por culpa de su padre, el de ella no era feliz con su madre, por culpa de ese policía su madre había terminado como una zorra.
Se miró en el espejo y aprobó lo que vio, nadie se daría cuenta de quien era, ni siquiera el chico que estaba próximo a su vista.
Esta vez, los atacaría, justo donde más les dolería y, ella lo disfrutaría.
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John O'brien
El joven policía estaba acostado en su cama, ya pronto sonaría la alarma y debía levantarse. Un día más, sus ganas de estar en la investigación se habían esfumado con la muerte de Marcos, saber que van en un círculo lo hace sentir muy decepcionado. Cuando creen que van a estar más cerca de esa mujer, retroceden diez pasos. Es increíble que incluso cambie su modo de actuar a su conveniencia. Él había visto muchos documentales de asesinos seriales, la mayoría cumplían un rito, que si cambiaban un poco se volvian locos. Pero esta mujer no, ella cambiaba su modo de operar si quería; eso realmente le frustraba. Ni siquiera tener a una Agente Del FBI ayudaba mucho. Pero de todo esto, había una cosa que le gustaba y sin duda alguna le daba motivos para seguir en esa investigación.
