Abbie Williams la chica que se gano el boleto de la suerte para sentarme a mi costado, o bueno eso pensaba yo, de tes blanca, alta, con unos hermosos ojos color café, coincidimos en muchas cosas: Ambas nacimos el mismo día, mes y año, a ambas nos gustan las papitas, ambas amamos a Josh Hutcherson & al churrisimo de Francisco Lachowski, aunque en si Francisco es mio.
—He is mine —me susurra Abbie en mi oído.
—¿Quisqui disqui? —le susurro muy cerca de su oído.
—¡Que él es mio bestia! —me "susurra-grita" para después guiñarme el ojo.
—¡Cuando Porky deje de ser casado, cuando acaben las vacaciones de Phineas&Ferb y cuando Dora la exploradora deje de pensar que un mono le habla, el sera tuyo! —le "susurro-grito"
—Francisco es MIO —vocaliza cada palabra de "mio", nos fulminamos con nuestras miradas, yo le hice una señal con mi dedo pasándolo por mi cuello: "Estas muerta", ella se percata de eso y me saca la lengua con mucha cautela: "Creo que tengo un pelo en mi lengua"
—¡Señoritas! —el grito del profesor nos hizo dar un brinco de nuestros asientos. — Dejen de distraerse en mi clase, por las puras no he estudiado blablabla —tomo aire para respirar.— y blablabla —sonó el timbre.
Salvada por la campana decía en mi mente, y puse una cara de "Aleluya Dios me ha salvado de un loro", al parecer Abbie pensó lo mismo que yo, me sonrió y me guiño el ojo.
Salimos juntas del salón, con nuestras mochilas apoyadas en nuestros hombro, y con algunos cuadernos apoyadas entre nuestro brazo con nuestro pecho.
—Te acompañare hasta tu otra clase, por que como eres nueva estoy segura un 90% que te perderás —me dijo Abbie.
—¿Desde hace cuanto tiempo estudias acá? —le pregunto.
—Como 3 años, según mis cálculos de Teoría de Pitagoras, junto a la raíz cuadrada del no se matemáticas —reímos al unisono.— ¿Y qué hay de tu familia?—me mira a los ojos mientras caminamos por los pasillos.—Si es que se puede saber no más.
—Vivo solo con mi madre, y pues mi padre... —suspiro.—Falleció por cáncer —muestro una sonrisa falsa.
—Oh, disculpa, soy muy curiosa.—me sonríe.
—¡Oh!, no te preocupes —le golpeo el hombro.— Si eres mi amiga, de todas maneras lo sabrás, bueno, se supone que eres mi amiga ¿no? —hago una sonrisa amplia mostrando todos mis dientes blanquitos, gracias Shakira por el Luminous White.
—¿Qué sucedió para que vengas a estudiar a esta escuela? —la miro confundida al tratar de preguntarme eso.
—¿Me estas botando o me parece? —ella suelta una carcajada ante mi respuesta.— Pues tuve problemas con esa escuela, mucha distracción.
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¿Se puede no enamorar?
HumorChica de 17 años, expulsada de su escuela, o bueno, su ex escuela. Esa soy yo, Marissa White. Aparte de que mi apellido es blanco, tengo que aclarar que no soy blanca y sigo en proceso de convertirme en un unicornio; tengo que empezar mi ultimo año...