-¿Y, qué tal? -pregunte bajando las escaleras.
-¡¿Qué has hecho con mi hija?! -exagero mamá empujando levemente el hombro a Abbie.
-Milagros, y con la ayuda de miles de personas -dijo Abbie. Haciéndome recordar el momento vergonzoso que me hizo pasar en un tienda de vestidos, la cual no paraba de preguntar a los trabajadores de que aquel vestido ,por encima de mi rodilla, color blanco con adornos brillante de color dorado, me quedaba bien. Incluso salio de la tienda y trajo unas cuantas personas.
-Lo que me hizo pasar -me queje juntándome con ellas en la sala principal.
Abbie llevaba un vestido realmente hermoso, era color celeste de distintos tonos con accesorios que le favorecían, realmente se veía hermosa.
-Era necesario, traería mil personas más para demostrarte que ese vestido queda muy hermoso en ti -se defendió mi amiga.
-Y es verdad cariño, te queda hermoso -dijo mamá apoyando su mano en mi hombro-.Y ni hablar de Abbie.
-Uff, esta ardiente -exagere empujándola -.Todo por Paul -susurre solo para ella.
-Chistosa, señora Phillips.
-¡Oye! -grite atacándola con la mira.
-¡Hare que no escuche eso! -grito mamá desde la cocina.
-Chistosa, ¿tienes los sombreros? -pregunte acercándome al ventanal que daba vista al vecindario.
-Si, combina más con el tuyo que con el mío -dijo Abbie poniéndose el sombrero de panda en su cabeza.
-¿Con que zapatos iras, Marissa? -pregunto mamá.
-Magdalenas -conteste.
-¡¿Qué?! -gritaron mamá y Abbie a la misma vez.
-No pienso ir en tacones -avisé.
-Pero yo te compre un par.
-Te advertí que no me lo pondría.
-Pero te lo he comprado para la ocasión.
-¡Relajasen chicas! -grito mamá tratando de calmar la atmósfera.
-¿Acaso no es suficiente que haya dejado que me maquilles? -pregunte señalando mi rostro.
-¡No! -grito Abbie cruzándose de brazos.
-¡Basta! -grito mamá, tiempo después el sonido del timbre resonó en toda la casa.
-Son ellos -aviso Abbie. Sin esperar a que me acerque ya abrió la puerta principal, dejando toda mi casa al descubierto, y lanzándose en los brazos de Paul.
-¿Es eso una limusina? -pregunto mamá.
¿QUÉ?
-¿Como es que, eso, ah? -pregunte cuando llegue donde estaba Adam.
-Te ves hermosa -contestó.
-Yo no te pregunte eso -me quejé.
-Oh, si -carraspeo su garganta y alboroto su cabello-.Convencí a Paul para poder alquilarlo, ¿lista para irnos?
-Te ves guapo -dije de la nada.
-Yo no te pregunte eso -dijo Adam, me ruboricé pero luego ambos reímos muy fuerte.
-¿Sin el set completo? -pregunto Paul al señalar mis pies descalzos.
Oh, los zapatos.
-¡Si, eso! -conteste golpeando mi frente. Corrí de vuelta dentro de casa y subí a mi habitación. Cogí unas magdalenas color negras con flores de color rosado. Cuando baje los escalones, me encontré a mi mamá intercambiando palabras con Adam.
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¿Se puede no enamorar?
HumorChica de 17 años, expulsada de su escuela, o bueno, su ex escuela. Esa soy yo, Marissa White. Aparte de que mi apellido es blanco, tengo que aclarar que no soy blanca y sigo en proceso de convertirme en un unicornio; tengo que empezar mi ultimo año...