°42° Repasemos

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"No obtenía nada de lo que quería, seguía pensando que el destino quería que no estuviera presente en la tierra, seguía pensando que en mi destino nunca estuvo escrito el que tenia que desaparecer. Solo era un paso al dolor. Quiero hacer lo que mi destino diga, quiero desaparecer, desapareceré y nadie recordara de mi"



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Adam PDV':


-¿Y tú piensas que se suicido para llamar atención? -pregunte mientras abría la bolsa de papas.

-Bueno, si.

-Repasemos -dije-.Rompiste su collar preferido...

-Amuleto de la suerte -me corrigió Paul.

-Bueno, su amuleto de la suerte, ella se enfado y te sentiste tan mal que fuiste a su casa a pedirle perdón -asintió con su cabeza y proseguí-.Ella te beso, pero tu la alejaste diciéndole que no querías a nadie, largándote de su casa.

-Sep -dijo mientras movía su mano en señal de que siga.

-Después, tú y Abbie empezaron a salir, ella los vio en el supermercado y vino a ti diciendo que tu la engañas.

-Generandome un gran problema -agrego.

-Exacto, Abbie no hablo contigo.

-Por tres días -interrumpió, otra vez, Paul.

-Y fuiste a la casa de Mónica, le dijiste que nunca más se te acerque a ti y que te dejara en paz.

-Y así fue.

-Y después de unos días, supiste que su madre falleció por su enfermedad.

-Y fuiste a buscarla a su casa, a darle el pésame, pero nunca me abrió la puerta.

-¿Puedes dejar que termina de hablar? -me queje mientras botaba las bolsas de papas y me sentaba en una banca. El atardecer se mostraba hermoso desde donde estaba sentado.

-Sigue -dijo.

-Fuiste varios días, todos tocando la puerta, sin recibir respuesta. Te diste cuenta que algo iba mal, ella ya no asistía por dos días a la escuela, fuiste a su casa -dije.

-Ese día -recordó Paul.

-Entraste forcejeando la cerradura, gritabas su nombre y nadie contestaba, el lugar olía horrible. Subiste las escaleras y cuando entraste, a lo que era su cuarto, la encontraste con un cuchillo clavado en su pecho -vi como se movía incomodo al recordar eso-.Rabia una nota en su mano, tenia manchas rojas y ¿decía eso?

-Exactamente lo que te leí -dijo para finalizar.

-¿Se lo dijiste a Abbie? -pregunte.

-No, no pienso hacerlo.

-¿Por qué?

-Se sentirá culpable, y no quiero que sienta eso.

-Si la quieres, no le ocultes nada.

-Eh, calla, allí vienen -dijo Paul señalándolas y saludándolas con su mano.

-Díselo, o se lo digo yo tal vez exagerando como las mujeres -le advertí.

-¡Adam! -se quejo.

-Nada, dije.

-¡Hola! -saludo Abbie mientras agitaba su mano, hice el mismo acto.

-Te doy permiso para que lo llenes de besos -dije mientras me paraba y le cedía el paso.

-No quiero hacerlo -dijo Abbie mientras se sentaba al costado de Paul.

-Ah, cierto: "Abbie no le gusta demostrar afecto en publico" -dije entre comillas.

-Es que no quiero recordarte lo solitario que estas -se defendió Abbie.

-Eh basta -intercepto Paul antes de que conteste-.¿Donde esta Marissa?

-En la cafetería, hoy le pagaron y se dio el lujo de comprarse su café helado con chispas de chocolate.

-¿A donde vas? -pregunto Paul mientras que daba media vuelta a ver su rostro.

-Por allí -mentí. Di media vuelta y seguí caminando.

-¡No vuelvan! -grito Abbie, sonreí. Aumente la velocidad y en menos de 5 minutos ya estaba en la puerta de la cafetería. Espere afuera por que vi que a Marissa ya le entregaron su café.

Cuando vi que estaba apunto de salir, empuje la puerta impidiendo que ella salga, cuando quito la visto del suelo y me miro, tan solo saco el dedo corazón y la vi mover el labio, tal vez lisuras.

-Idiota -dijo una vez fuera.

-Gracias -dije mientras le quitaba su café y me tomaba un sorbo.

-¡Es mio! -grito.

-¿Es mi culpa que ese es mi favorito? -dije mientras se lo devolvía.

-También es el mio imbécil -se quejo.

-¿Quieres pizza? -ofrecí.

-Claro, pero yo pago -dijo.

-Ni loca -dije mientras avanzaba por la vereda.

-El que llega ultimo es huevo podrido -dijo Marissa mientras la veía correr por mi costado.


¿Se puede no enamorar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora