Capítulo 1

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—¡Bethany! —chillo mi madre desde fuera de la casa

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—¡Bethany! —chillo mi madre desde fuera de la casa

Si de por si estaba enojada, obstinada y amargada porque mi plan de vida profesional consistía en convertirme en una actriz profesional el hecho de que decidiera con los pocos ahorros que tenía alquilar una casita en Los Ángeles y mudarme no le hacía nada de gracia, lo único que conseguía es que todo su enojo y desprecio por mi elección de decisiones aumentara.

—¡Voy! —Grite desde la habitación

Ya tenía casi un mes en Los Ángeles, pero me había dejado un par de cosas en casa de mis padres, unos libros, otras cosas que realmente no me importaban demasiado pero que mi madre me insistía que debía de tener y mi televisor. Planeaba ir después a buscarlas, pero entre casting y casting lo había pospuesto, finalmente mi madre tomo la iniciativa de venir ella misma con mi padre a traerme las cosas y aprovechar de visitarme.

Sali prácticamente corriendo de la habitación y me tope con mi madre y mi padre cargando el televisor, los ayude hasta poner la caja sobre la mesa de centro que estaba en la pequeña sala. Mi casa era pequeñita, tenía que comer en la barra de la cocina o sentada en el sofá porque no tenía espacio para una mesa de comedor, pero me hacía feliz, era mi pequeña guarida y no necesitaba nada más.

—Gracias —dije sincera a ambos, mi madre puso mala cara, pero mi padre me miro con dulzura

—Siempre te apoyaremos —hablo mi padre con seguridad.

Esa frase no se la creía ni el mismo. Gracias a mi padre siempre estuve muy cerca del arte, mi padre era contador, pero le apasionaba la música, me enseñó a tocar el piano, algo que agradezco mucho no solo porque también me gusta sino porque puedo ponerlo en mi currículum. Me enseñó a apreciar el teatro, las películas, pinturas, la historia, la arquitectura, la música... todo. A medida que fui creciendo me incliné por el arte de interpretar, participaba en todas las obras de teatro que podía, hacía películas caseras en donde yo era la actriz, la directora, el guionista, todo.

A mi madre le dio igual al principio, pero cuando vio que aquel "pasatiempo" como ella lo llamaba seguía presente a medida que iba creciendo cada vez le daba menos gracia, hacia lo imposible por apartarme. Mi padre trataba de mediar entre las dos, a veces hasta se molestaba con mamá, con el tiempo ella entendió que no había manera de hacerme cambiar de opinión y que mi padre no la apoyaría en obligarme a hacer otra cosa, no le quedo más que resignarse, aunque la idea le sigue sin encantar.

¿Qué tal si vamos a cenar? —sugirió mi padre. Mi madre y yo pocas veces coincidíamos, pero en aquel momento ambas alabamos la idea.

Me fui en mi auto y mis padres en el suyo, pues probablemente después de cenar ellos se irían al hotel, pues en mi casa no hay espacio para los tres. Fuimos a comer a un lugar un poco elegante, a mi madre le encantaba ir a esa clase de sitios, le gustaba el trato y casi siempre había buena comida asegurada. Tuvimos que esperar un poco para poder entrar ya que no teníamos reservación, por suerte para nosotros una reserva fue cancelada, dejándonos espacio para nosotros tres.

Luces, cámara y otras adicciones (Insaciables I) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora