Beth Cox es una dulce e inocente aspirante a actriz que luego de un casting es contratada para su primer papel de forma profesional, su mundo se sacude cuando comienza a descubrir lo oscura que es la industria del cine. Parece que nadie es inmune a...
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Ian
Me quede atento viendo el mensaje que le había enviado a Beth la noche anterior y el que le había enviado hace solo un momento, no quería presionarla, sabia que la situación con Blair no le permitía estar tan atenta al móvil, pero ni siquiera me había dicho que habían llegado bien anoche y estaba preocupado.
Mientras me debatía si debía llamar o no recibí por fin una respuesta de su parte.
Bambi: estamos todo lo bien que podemos estar teniendo en cuenta toda la situación. Ahora le preparo el desayuno a Blair, al terminar te escribo de nuevo que tal esta.
Suspiré aliviado y le respondí inmediatamente.
Lobo feroz: ya me estaba preocupando. Sabes que adoro a Blair y me importa lo que le ocurra, pero... ¿Cómo estas tú?
Bambi: Estoy bien, creo.
Bambi: Se me va a quemar el desayuno, te escribo en un rato, Te quiero *corazón*
Suspire como un tonto, me quiere, me quiere... nada mas que eso me importa. Me gire en la cama y me acurruque entre las sabanas, era muy temprano y no había dormido demasiado bien, me había despertado cada hora de forma inconsciente para mirar el móvil y verificar si Beth me había respondido. Estaba preocupado, pero tampoco quería dejarle mil mensajes o llamarla desesperado, porque sabia que Blair necesitaba toda su atención. Ahora que sabia que estaba bien podía descansar todo lo que quisiera, la secretaria de Ben me había llamado para cancelar la grabación por unos días, estaba claro que ya sabia lo de Blair.
Apenas cerré los ojos me quede dormido, por varias horas, me desperté con el sonido de mi móvil a mi lado, marcaban las dos de la tarde y el nombre de Ben en la pantalla, me estaba llamando. Me estruje los ojos y cuando pensaba contestar ya era demasiado tarde.
—¡Ian! —escuche que me llamaba cuando ya estaba a punto de devolverle la llamada. Me agite del susto, no me lo esperaba. Escuche la puerta corredera que daba a la piscina cerrarse. —Ian —me llamo una vez mas.
—¡Estoy en mi habitación! —me puse de pie y comencé a caminar hacia el cuarto de baño para lavarme la cara.
Ben entro por la puerta con la confianza de siempre, por una buena razón teníamos una casa junto a la otra, éramos así de unidos.
—La próxima vez trata de no matarme de un susto ¿Sí? —le pedí mientras me lavaba los dientes.
—Como si tu nunca hubieras entrado en mi casa de forma inesperada —resoplo y me reí, porque lo hacia bastante a menudo.
—¿Qué ocurre? Te veo un poco alterado —apenas las palabras salieron de mi boca me lamente de haberlas dicho, por supuesto que tenia que estar alterado teniendo en cuenta lo que casi le ocurre a Blair. —quiero decir... —trate de arreglarlo, pero me interrumpió.
