Capítulo 11

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Ian

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Ian

Luego de que estuve provocando a Beth en el camerino tuve que luchar con todas mis fuerzas para marcharme de allí, no mentía cuando decía que no me importaba que ella estuviera saliendo con otra persona, era completamente honesto al decir que eso no me importaba, de pequeño me enseñaron que compartir era bueno y a pesar de que en las normas implícitas por la sociedad no estaba bien visto lo que estábamos haciendo a mi realmente me tenia sin cuidado. Por mi Beth podía hacer lo que quisiera, yo estaba seguro de que le gustaba, podía notarlo, no necesitaba mas.

Beth era tan dulce e inocente, pero al mismo tiempo podía ver tantas cosas allí reprimidas, cosas que yo quería enseñarle que no estaban mal y que compartiéramos juntos.

Sabia bien que para la pelirroja muchas... bueno, todas las cosas aquí eran nuevas para ella, sobre todo este jueguito que ella había iniciado sin darse cuenta con dos hombres diferentes. A Beth como a la mayoría se nos había enseñado que debíamos tener un solo compañero, una media naranja y no quiero ser demasiado cínico al respecto, entiendo que hay gente que realmente cree en esto, bien por ellos, sin embargo, no es para todo el mundo y creo que eso incluye a mi Bambi.

Y esto suele incluirme a mi también, pero no he podido concentrarme en ninguna otra mujer desde que Beth llego a mi vida, lo único que quiero de momento es a ella y es por eso por lo que a pesar de saber que la otra persona con la que ella sale estaba del otro lado de la puerta tuve que hacer un gran esfuerzo por controlarme y marcharme, porque lo único que quería era hacerla mía, pero tendré toda la paciencia que deba de tener, Beth no es cualquier chica.

Cuando llegue a mi casa recibí una video llamada de Noah en mi móvil, una llamada que no dude en contestar, Noah estaba en plena gira y no solía tener demasiado tiempo.

—Hola mi querido príncipe —le saludé en cuento lo vi en la pantalla.

Noah iba como de costumbre, hace unos años había cambiado mucho su estilo, había empezado a ser mucho mas él, a exteriorizar su personalidad. Tenia las uñas pintadas, algunas de azul y otras de amarillo y los acostumbrados anillos decoraban sus dedos. Su cabello castaño estaba mas largo que la ultima vez, llevaba una camisa rosa traslucida y unas gafas azules decoraban su rostro que este subió hacia su cabeza apenas me vio por la pantalla.

—Hola mi querido cínico súbdito —me devolvió la broma a lo que hice una mueca.

Noah y yo siempre nos saludábamos de formas diferentes, nos inventábamos cosas, lo primero que se nos ocurriera básicamente, todo empezó con una borrachera que se mantuvo en el tiempo.

—¿A que debo el honor de tu llamada? —continúe con la misma línea de la broma.

—Un príncipe se preocupa por su reino —los dos reímos, como continuáramos así no llegaríamos a ningún lado —los extraño, idiota —admitió por fin dejando las bromas de lado.

Luces, cámara y otras adicciones (Insaciables I) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora