Beth Cox es una dulce e inocente aspirante a actriz que luego de un casting es contratada para su primer papel de forma profesional, su mundo se sacude cuando comienza a descubrir lo oscura que es la industria del cine. Parece que nadie es inmune a...
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Beth
Lo que comenzó a desarrollarse luego de que cayera al suelo probablemente era lo más aterrador que había vivido hasta el momento. Aun aturdida por la caída Clay se abalanzo sobre mi, tuve solo unos segundos para reaccionar, para defenderme. Lo empuje con todas mis fuerzas hacia un lado, pero él no cedía, me tomo los brazos con fuerza, con demasiada fuerza, fácilmente podía chillar del dolor, pero no quería darle tal gusto, no quería darle el gusto de ver mi dolor, mi desesperación, levante la rodilla sin dudarlo y lo golpee en la ingle, este se retorció del dolor, lo empuje hacia un lado ahora sin ningún esfuerzo y me levante del suelo. Corrí lo mas rápido que pude hasta mi habitación y cerré la puerta tras de mi, aquello había ocurrido en pocos segundos, muy pocos, pero se habían sentido como toda una vida.
Con la respiración aun agitada me encontré con Ian, lo había visto correr del baño hacia mí cuando cerraba la puerta, me miraba con algo de confusión, pero no tardo en aparecer la furia en su rostro cuando escucho la voz de Clay y entendió lo que ocurría.
—Vamos, Beth, yo solo quiero jugar contigo —sus palabras me dieron ganas de vomitar, pero a Ian solo lo enfurecían más.
Tomé a Ian del brazo cuando lo vi tentado a abrir la puerta y probablemente golpear a Clay, este se resistió un poco, pero luego cedió cuando vio mis ojos humedecerse de la desesperación, lo guie hasta el baño y allí cerré la puerta con llave.
—Pero... ¿Qué mierda te ha hecho? —exclamo Ian, al principio no entendí lo que quería decir, luego me di cuenta de que estaba viendo mis brazos, estaban rojos y tenia marcada claramente las manos de alguien, me había sujetado tan fuerte que dejaría marca.
Vi culpa en los ojos de Ian, mas allá de la furia que tenia, vi culpa, culpa de no entender más rápido lo que ocurría, furia de no haber podido llegar a tiempo, culpa de no haberme evitado ese dolor.
—Voy a matarlo, Beth, voy a matar a ese desgraciado...
—¿Qué demonios esta pasando aquí? —La voz de Ben en la Sala probablemente enfrentándose a Clay interrumpió las palabras de Ian, este frunció el ceño cuando lo escucho.
—¿Es tu amado? —pregunto serio Ian, yo solo asentí con la cabeza.
—Tienes que quedarte aquí, yo voy a...
—¿Qué? ¿sabes lo que me estas pidiendo Beth? —me interrumpió Ian, yo no respondí —me estas pidiendo que te deje ir, allí, sin mi, que te exponga a ese peligro... de nuevo —culpa, de nuevo había culpa en sus ojos y preocupación.
—No estaré sola —él supo a lo que me refería, allí estaba mi otro amado como a él le gustaba decir, uno que no sabia que tenia una relación con otro hombre.
La culpabilidad me invadió como hace tiempo no lo hacia, no solo por engañar a Ben como lo estaba haciendo, sino por poner a Ian también en esta situación, le estaba pidiendo que me dejara ir a donde estaba el conflicto y que él se quedara aquí sin hacer nada. Nos quedamos en silencio un momento, solo unos segundos hasta que escuchamos un poco mas de alboroto que provenía del salón, Ian suspiro derrotado antes de hablar.
