Capítulo 2

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No podía creer que esto me estuviera pasando a mí

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No podía creer que esto me estuviera pasando a mí. El pelinegro me sonreía grande, tenía una sonrisa preciosa y con esas gafas de pasta gruesa negras parecía una especie de nerd sexy. Sacudí la cabeza ante los pensamientos, no sabía quién era ese hombre que a simple vista parecía tan imponente pero que apenas le dabas oportunidad te dabas cuenta lo educado y amable que era. Pero de algo estaba segura, podría considerarse mi jefe si tenemos en cuenta que él ha sido quien ha tomado la decisión de darme el trabajo, alguien importante es, segurísimo.

—Los demás te darán los detalles, espero tengas disponibilidad total, solo estábamos esperando a la Amber perfecta para comenzar a trabajar —dijo refiriéndose al nombre del personaje que ahora tendría que interpretar —Nos vemos por ahí —me regalo una sonrisa de lado que parecía un coqueteo sutil. Me sonroje al instante.

El inglés en lugar de entrar de nuevo a lo que yo asumía era una oficina, salió por la puerta por la que yo había entrado, desapareciendo.

Me quede lo que fueron unos veinte minutos más, en donde ahora las mujeres parecían claramente más interesadas en mí y era mucho más simpáticas que antes.

Que hipócritas

El hombre por otro lado se mantuvo igual de sereno que antes, parecía ser su forma de ser, un hombre serio que no se anda con tonterías. Me estuvieron explicando un montón de cosas, como que las siguientes semanas estaría muy ocupada, entre pruebas de vestuario, lectura del guion, y por supuesto la firma del contrato de trabajo, de cesión de derechos de imagen y un contrato de confidencialidad, es decir no podía ir por la vida como Tom Holland lanzando spoilers. Cualquier incumplimiento del contrato podría significar una multa, pero me dijeron que eso ya me lo explicarían con más detalle el equipo legal. Y claro, de lo más importante, me enviarían a casa el guion, que debía aprender en tiempo récord.

Cuando Sali de aquella habitación ni siquiera las miradas asesinas de todas las morenas cuando se enteraron de que me habían elegido lograron borrarme la sonrisa. Fui a mi auto como si fuera el día de navidad, más feliz que nunca.

Al llegar a casa tuve que pellizcarme para confirmar que no estaba soñando. Tuve la tentación de llamar a mis padres para contarles la increíble noticia, pero decidí que lo mejor sería esperar a que tuviese el contrato firmado. En lugar de llamarles a ellos, llame a mi mejor amiga, Bianca.

—Te tengo una noticia increíble —le solté apenas contesto

—¿Qué? ¡Dímelo ya! —pidió

Bianca no era la persona más paciente del mundo, pero la amaba igual. Habíamos ido juntas al instituto y habíamos sido vecinas desde que tengo memoria. Lo que más me gustaba de nuestra amistad es que éramos muy diferentes, mientras Bianca era temeraria, arriesgada y sensual, yo era una cobarde que no tomaba riesgos (el mayor riesgo que había tomado en mi vida había sido mudarme a L.A) y era demasiado inocente.

Luces, cámara y otras adicciones (Insaciables I) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora