Capítulo 21

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Beth

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Beth

Aún no había empezado a salir el sol cuando sentí que Ian me besaba el hombro. Estaba justo acostado detrás de mi, abrazándome y dejando pequeños besos desde mi hombro hasta mi cuello. Abrí los ojos lentamente y vi la hora que marcaba el reloj de la mesa de noche, eran las 5:44 am y debía estar en el estudio a las siete de la mañana en punto, bueno, debíamos. Me di la vuelta despacio hasta estar frente a él.

—Buenos días —me saludo dejando un beso en mi frente. Algo muy tierno de su parte. —deberíamos levantarnos, tenemos trabajo temprano.

Asentí despacio estando de acuerdo con él. Hoy tenia que ser un buen día, volver al trabajo y a la rutina me ayudaba a mantener ciertas emociones y temores a raya, pero era difícil no pensar en lo que había pasado el día anterior, era difícil que mi madre no se metiera en mi cabeza, siempre con esos prejuicios, con esa mente cerrada y aunque me doliera admitir, con ese odio por dentro, parecía que había tantísimo odio en su interior por algunas cosas. Y aún así se hacia llamar buena persona, la verdad es que era muy hipócrita de su parte.

Tenia muy claro que lo que había estado haciendo no era lo más honorable, lo más correcto o común, de hecho sabia bien que Ben podía salir muy lastimado cuando se enterara de todo, pero aún así en mi interior no sentía que aquello estuviera mal del todo, se que solo puedo comparar esta extraña relación con la de Clay, pero si lo analizaba detenidamente, con Clay había sido buena, fiel, sumisa, no había tenido ojos para nadie más, ni siquiera se me había ocurrido, era una especie de pajarillo encerrado en una jaula. había hecho todo lo que la sociedad (y mi madre) me habían dicho que era "bueno" que era lo "correcto" y había sido inmensamente infeliz.

En cambio, con ellos me sentía tan feliz, tan querida, tan amada y aceptada. Esto último se aplicaba sobre todo a Ian que lo sabia todo, sabia acerca de mis demonios y mis pecados y me aceptaba y me quería sin dudarlo, sin reprocharme nada, sin juzgarme. No creo que haya nada más bonito y hermoso en el mundo que encontrar a una persona que no te juzgue, y esperaba en serio que Ben pudiera entender todo cuando se lo dijera.

—Lo siento —susurre. A pesar de saber que Ian no me reclamaría nada por lo de ayer sentía la necesidad de disculparme.

—¿El que?

—Lo de ayer, mi madre...

—No tienes que disculparte por eso, no es tu culpa, no podemos controlar lo que digan o hagan los demás, solo podemos controlar como reaccionar a ello —suspiré y asentí, sabia que tenia razón. —en cualquier caso, soy yo el que debería disculparme, lamento si fui... brusco con tu madre, pero no podía seguir aguantando que te dijera aquellas cosas.

—Estabas protegiéndome y te lo agradezco —lo abrace y él me abrazo de vuelta. —solo mi padre me había defendido con mi madre, y algunas veces él cedía así que... —respire profundo, me costaba hablar de aquello, mi madre me había herido muchas veces.

Luces, cámara y otras adicciones (Insaciables I) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora