DOMINICK © ✅ [#PGP2024]

Episodio 49

Advertencia
El contenido mostrado en este episodio no es apto para menores. Suele extender las escenas que perturban al lector y pueden provocar alta sensibilidad en el mismo. Lo descrito en estas escenas no pertenecen a eventos reales ni pretenden alabar este tipo de acciones. Cada personaje actúa por sí mismo y no representa a acciones reales, todo es ficción.

La finalidad del mismo es persuadir y/o ayudar a aquellos que pasan situaciones similares.

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"El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza."
Kurt Goldstein

Dominick

Temblaba, sin poder controlarlo.

Mi labio inferior se movía rápido, y de mis cuerdas vocales salía un sonido de agonía que no detener porque me ardía, me ardía la piel por el intenso frío que desplegaba el agua que salía de allí. Estaba consciente, sentía y podía escuchar un poco lo que ocurría a mi alrededor, pero mis visiones tenían una fuerza superior, que me volvía loco. Él estaba aquí, me miraba con mucho odio, aunque fuera una visión o lo que sea aquello, podía sentir su odio y su ira contra mí.

—Por tú culpa estoy muerto. —repitió, mientras se acercaba.

Y ella apareció aquí. —Joder, Dominick.

—Mamá. —suspiré, en un tono depresivo.

—¿Por qué no me salvaste? —reclamó ella, acercándose junto a Kelvin. —¿Por qué no hiciste nada para salvarme? ¿Por qué no puedes reparar lo que destruyes, Dom?

Sin dejar de temblar de frío, le imploraba que me dejara en paz. Me cubría entre los brazos de Adam, pero no dejaba de verlos. Ahí seguían, y no se callaban. No dejaban de torturarme. —Si hubieras sido como tu padre quiso, no serías tan inútil. —habló Kelvin. —Pero tú solo eres un putito maricón que le gusta comer pollas y destruir cosas.

—Si tú no hubieras nacido yo hubiera sido un padre ejemplar. Eres una vergüenza para mí, Dom. —se añadió Ricardo, uniéndose a ellos con un rojo carmesí en sus ojos.

Y todos ellos, estaban aquí. —Si tú no hubieras llegado a mi vida, mi hermana estaría bien.

—Dominick, ¿por qué me hiciste esto? —apareció Mia, entre ellos, con su cuerpo hecho mierda por las cortadas y una línea muy grande y ancha que le ocupaba la entrepierna. —Si no fuera por ti, estaría bien, Dominick.

Él comenzó a reírse. Y todos juntos lo hicieron también. Se burlaban de mí, quien estaba de rodillas en aquel lugar oscuro, con ambas manos en las orejas, intentando no escuchar aquellas palabras.

Yo solo le pedía a gritos que se callaran, que me perdonaran porque yo tenía la culpa de todo. —¡Permítame morir para pagar mi culpa, soy el culpable de todo!

Y esa voz autoritaria se mi padre, se hizo presente—, no podrás morir —se carcajea y el color de sus ojos se torna aún más intenso—, porque vivir es la paga de tu pecado, Dom.

No paraba de temblar y decir que no, mientras me agarraba fuerte del brazo de Adam. —No me dejes solo, hermanito. —le suplicaba, aferrándome más a él.

Ese día, cuando la vi en aquella clínica, pude sentirme a salvo otra vez, ella estaba allí, y quería que volviera a estar cerca de mí. La necesitaba, te juro que necesitaba de ella para ser feliz.

¿Por qué ella genera este nivel de seguridad?

Mi hermano me sacó de la clínica y me llevó a casa, fue lo que supe. Estaba muy mal y no paraba de decir el nombre de ella una y otra vez. Todos estaban aquí, cuando Adam me metió a la ducha de agua fría.