Episodio 33

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—¿Dominick? ¿Eres tu?—escucho que me llaman. La voz es conocida... No sé porqué. Volteo a mirarla y mi corazón saltó, era imposible que sea ella—. Dominick...

—¿Tú...?

—¡Amigo!—se tiró sobre mi a abrazarme—. ¿ya me olvidaste?

—¿Mia?

—Sí. Dominick...—sonrió—. ¿Estás en este colegio?

—Así es... ¿Y tú qué?

Por alguna razón, la conocía. Pero no lograba recordar de dónde. Es igual que con Arturo...

—Pues, me dijeron que vivías por acá y quise visitarte...

—¿Y cómo supiste mi paradero?

—Tuve suerte. Y...—me miró detenidamente—. Luces extraño... ¿Te pasó algo?

—¿Extraño? ¿Cómo?—pregunto acomodando mi mochila.

—No lo sé... Bueno pero... Ya que estoy por aquí un tiempo ¿Te gustaría hablar después que salgas de clases?

—Em... Seguro.

—Bueno pues... Hasta ahora...—me dijo dibujando una sonrisa en su rostro.

Es Mia, pero no sé por qué me conoce tan bien... No le recuerdo mucho.

¿Qué habrá pasado para que nos llevemos tan bien?

Le devuelvo la sonrisa y me dirijo al colegio.

Adam
Años atrás...

Luego de que nuestros padres se separaron, nada volvió a ser lo mismo. Siempre soñé que volveríamos a ser una familia o que por lo menos volvería a ver a mi hermano.

Los años han pasado. Me he criado sin una figura paterna, he vivido solo, como hijo único. Mamá no se volvió a casar nunca más, hasta ahora, aún no. El hecho de saber que había perdido a mi hermano por culpa del maldito de mi padre, que solo ocasionaba daños y cada acto que realizaba era como una zancada de dolor que quedaría plasmada para siempre. ¿Qué sería de mi indefenso hermano? ¿Qué pasaría con él? ¿Lograría sanarse de su peligrosa enfermedad?, Éstas preguntas rondaban por mi cabeza cada vez que le pensaba.

Sentía un vacío inmenso. Un dolor muy grande...

Y dicen que el tiempo puede curar una herida... Qué mentira, no a todos nos pasa.

Ya tengo 18 años, aún sin pareja y así solo... He venido con mi madre de viaje a Valencia, luego de habernos ido mucho tiempo a un pequeño pueblo en Toledo.

Lo primero que pasó por mi cabeza fue ir a casa a saludar a mi hermano, luego de tanto tiempo quizá no me reconozca pero como somos idénticos quizá se dé cuenta. Hablé con mami acerca de esto y sí aceptó.

Puse rumbo a mi antigua casa. Muchas cosas han cambiado, ya nada parece como cuando viví aquí de niño.

Llegué a la casa en un taxi. La miré y recordé los buenos momentos que viví aquí. Toqué el timbre dos veces y una mujer de mayor edad que yo, de pelo oscuro al igual que el vestido ajustado que llevaba y sin nada de labial. Me atendió -supongo que ya mi padre se mudó-, me mira con una sonrisa.

—Hola ¿Pasa algo?

—Ah, lo siento es que antes vivía otra persona... Pensé que aún residía aquí.

—¿Ricardo?—me preguntó y enseguida le miré—. Aún vive aquí. Soy Nadia, la esposa de Ricardo.—me pasó la mano para saludar y le devolví el saludo—. Pasa...

DOMINICK © ✅  [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora