Episodio 4

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Llegué a mi casa y me metí en la ducha.

No sé qué me pasaba, no me cansaba de tener sexo. Me había corrido dos veces y estaba igual. ¿Alguien sabe cómo se le dice a eso?, yo solo puedo decir que mi placer ha sido único.

Me puse frente al espejo y acomodé mi cabello haciéndolo parecer una ola hacia arriba. Tomé una bocanada de aire, la solté y me dirigí a mi habitación; me puse un bóxer blanco y una bermuda verde oliva, no me puse suéter, mejor así, me sentía más cómodo.

Me dirigí a abrir la ventana de la habitación: ¡hace un calor!, estando allí, algo llamó la atención de mis ojos: Emily, iba entrando a la casa de al lado. —sí sabía que estaba en venta, pero no sabía que ella sería la nueva propietaria...—«Ezto ze pone interezante...»

Tocaron la puerta; nadie abrió, pues, estoy solo en casa. Mis padres trabajan todo el día y no llegan hasta eso de las ocho de la noche. Me dirigí a la puerta, abrí y miré: era Mia.

—Hola...—ríe mirándome, mordiéndose la comisura de los labios— ¿Me invitas a pasar?—me preguntó, dejándome notar su calentura por encima de la ropa.

—Claro que sí. —solté, le tiré del brazo contra mí cuerpo, besándoles como un depredador, sonó un portazo y caímos en el sofá; ella comenzó a bajarme la bermuda. Quedó de rodilla a mis pies.

Se detuvo, se puso de pie y le miré: traía un abrigo largo de color negro sujetado de un cinturón. Se quitó el cinturón con todo el abrigo y me dejó apreciar su hermoso cuerpo; como Dios la trajo al mundo. Terminé de bajar mi bermuda quedando en bóxer y así sentado me comencé a tocar la polla.

—¿Me quieres Dominick?—preguntó como una verdadera puta depravada.

—¡Puta madre! —le hice impulso hacia mí agarrándola por la cintura, cayó sobre mi pecho, hice que todo su cuerpo caliente se uniera al mío.

—¡¡Fóllame Dominick, Joder!!—gritó. Bajó mi bóxer, abrió sus piernas a ambos lados de mis muslos, agarró mi rabo y lo introdujo en su vagina, inició con un leve saltito:

—¡¡Ah!!, ¡Joder!—se queja cerrando los ojos.

Empezó a galopar despacio, puse ambas manos en su trasero, mientras respirábamos rápidamente y gemíamos despacio.

Llevé mi mano derecha a su busto, ella vino a mí y dijo entre grititos:

—¡Chúpalas! ¿A qué esperas?

Eso hice, llevé su pezón a mi boca y sus gemidos se volvían cada vez más placenteros:

—¡Dios!—gritaba más de una vez sin dejar de galopar. Se comenzó a mover suavemente por mi rabo; su vagina estaba ardiendo, su cuerpo todo sudoroso; le miré sensualmente, y le dije:

—¡Quiero metértela en cuatro!

Ella sin dejar de cabalgar, me gritó directa y ahogada de placer:

—Hazlo.

Saqué mi verga de su vagina; ésta vibraba de emoción, ella quedó recostada en el sofá, se puso en cuatro, dejándome ver su lindo orificio, sonreí y le dije:

—No puedo con esto... —llevé mi lengua a su culo haciendo que sus gemidos regresaran; le daba palmadas en sus pompis mientras penetraba toda mi lengua. Luego de varias embestidas, ella se giró y llevé mi lengua por todo su cuerpo hasta llegar a su seno; las comencé a saborear lentamente, mi polla permanecía dura. Puse sus piernas a ambos lados de mi cintura y la metí en su matriz; sus quejidos volvieron.

Empecé mi bamboleo. Mis entradas eran lentas y penetrantes y las embestidas eran rápidas y placenteras.

Cualquiera que escuchara nuestros gritos, vendría sin dudarlo.

Con la respiración acelerada caí de golpe contra el sofá pequeño; Mia puso su culo en mi polla y comenzó a trotar mientas gemía:

—¡¡Dios!! ¡Joder! ¡AH!

Mi órgano viril, barrió con todo el semen y ésté salió disparado en su ano. Yo grité:

—¡Ooooohhhh! ¡Si!—respiré profundo—. Me encantaría que se repitiera...—susurré.

Lo sacó de mi polla y me besó, quedó recostada en mi pecho y ambos nos quedamos dormidos, agotados y sonrientes por un buen rato.

***

«Te voy a azotar, ese será tu castigo por no querer obedecerme...

—Papá ¿Qué vas a hacerme?

—Te enseño a obedecerme.

—¡¡No!! ¡¡Espera!!»

Abrí los ojos de repente y Mia estaba sobre mi pecho dormida, ambos desnudos en el sofá. Ella despertó y comenzó a acariciar mi abdomen con su dedo índice.

—Al fin despiertas...—le dije acariciando con mi mano despacio por toda su espalda.

—Quiero que se repita... Eres muy bueno en esto...—me dijo con voz de niña que le suplica al padre algo que quiere.

—Por supuesto... Para eso son los amigos ¿No?—reí—. Vamos, que tal vez mis padres llegan en cualquier momento. —dije tratando de incorporarme, lo cual ella hizo primero.

«Joder, Dominick»

Mi respiración se inquietó. Otra voz volvió a mi cabeza. Mia se puso su extraño abrigo, vino a mí, me besó y me dijo al oído:

—Nos vemos querido...—mordió el lóbulo de mi oreja y mi cuerpo se estremeció por completo.

—Nos vemos.—dije entrecortado.

Desde que vi que salió, di un portazo y la cabeza comenzó a atacarme:

«Follar contigo es muchísimo mejor que haber follado con tu madre alguna vez...»

Todo volvía a nublarse, me falta el oxígeno. Corrí hacia la ducha, chocando con todo a mi paso, veía todo doble; entré en la ducha en bóxer y abrí el grifo. El agua comenzó a expandirse por todo mi cuerpo, respiraba profundo por la nariz y tiraba aire dificultado por la boca.

«Dominick, hazlo»

Cerré mis ojos, los presioné muy fuerte y grité:

—¡¡Calla, cállate!!—golpeé mi cabeza— ¡¡Cállate, por favor!!—grité entre lloriqueos.

Entonces, escuché el timbre:

—Buen día. ¿Hay alguien en casa?—preguntó la persona desde la puerta, que por su voz, era una chica.

«Esto es tu culpa...»

—¡¡AHH!! ¡¡AYÚDENME!!—grité desesperado.

<•>

Estoy traumado...

Pero yo no tengo la culpa...

Te lo voy a contar...

Dulce vecina.

DOMINICK © ✅  [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora