Episodio 40

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Harry
Años atrás...
Londres, Inglaterra

Levantarse de la cama preocupado no es igual que como la costumbre; saber en sí que la persona que ha estado como una hermana para ti en los buenos y malos momentos está al borde de la muerte por su propia familia y a los que una vez consideró amigos por el simple hecho de no ser igual a los demás; rechazada por la sociedad, rechazada por todos. Excepto yo.

Me dirijo al hospital en el que está internada tras una golpiza recibida por una banda del instituto. Terminó con la vida de su novia y ahora ella lucha por la suya.

Muy pocas personas saben dónde la tienen. Llego al hospital, ese que se encuentra estado fúnebre, ver los cientos de personas que lamentan el estado de alguien suyo.

—Doctor, espere por favor...—le detengo tocando su hombro.

—Dígame —centra su atención en mí y doy una bocanada de aire para hablar.

—¿Cómo está Krysbel? ¿Puedo verla?

—¿Habla de la paciente que llegó hace tres días?—me pregunta dudoso.

—Así es. ¿Sabe algo?

—Bueno, es extraño... Nadie ha venido a verle.

—No tiene a nadie. Solo a mí. ¿Cómo está?

—Pues, está muy mal. Ha quedado en un coma profundo desde ayer y no hay nada que se pueda hacer, lo estamos intentando.

—Por Dios...—cierro mi mano aprieto fuerte—, ¿Puedo verle?

—Si, venga conmigo.

«Krys... No te mueras...»

Al entrar a la habitación, el doctor me deja a solas y en el momento en que sale, comienzo a llorar. Me voy sobre ella y las lágrimas salen sin parar.

—Me siento mal por no haber hecho nada por tí, pero escúchame...—le agarro la mano y le dejo un beso—, te prometo que vas a salir de aquí... ¿Me oyes? Lo prometo mi chiquita—me recuesto junto a ella y entonces escucho pasos en la puerta.

—Aquí es —escucho que dicen.

—¿Qué está pasando...?—pregunto entre dudas viendo como esa gente se acercaba con una horrible cara.

—Esta persona es una escoria de la vida, una antisocial, una persona que solo debe estar muerta. Qué verguenza le causa al patrón...—me dice la persona en la puerta.

—Hasta que al fin la encontré.

Era su padre, la venía buscando, entonces entendí todo: venían a por ella. Y no a nada bueno.

—Nuestra amiguita aquí... Se va con nosotros...—dijo muy seguro—, Manila, encárgate de tirarla...

—¿Qué...? ¿Ti...tirarla?—comienzo a tartamudear—, ¿Qué váis a hacerle? ¡Eh!—me sujetan para evitar que me mueva—, ¡¡Soltame!! ¡¡Soltame!! ¡No! ¡Krys! ¡Despierta!—mis gritos fueron en vano. Aquel hombre cargó en sus brazos el cuerpo casi muerto de Krys y se acercó a la ventana sonriendo como un demonio—, ¡NO, NO LO HAGAS POR FAVOR, ESPERA...!

—Ya está hecho...—dice antes de tirar el cuerpo por la ventana.

—¡¡NOOOOOOOO!!—grité como loco—¡¡KRYS!!—mi grito se volvió un disparo al alma, un desgarrador sonido salió de mi garganta. Pataleé como pude para salir de su agarre. Al lograrlo, caí desplomado en el piso, sin parar de gritar.

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"Nunca entenderemos por qué la vida trata peor a las personas más buenas..."

DOMINICK © ✅  [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora