Salí a paso lento del baño de las chicas, todas volvieron a mirarme, y esbozaban sonrisas leves. Regresé a mi banco, me espanté por la repentina aparición de Ethan quien estaba escondido tras la puerta, se balanceó sobre mí y me tiró del brazo hacia él, con su rostro de adolescente apuesto que ahora estaba pálido y asustado, parecía como si hubiese visto a la misma muerte:—¡DOM!
—¿Qué sucede Ethan?—reí frunciendo el ceño— ¿Por qué gritas?—pregunto alzando una ceja.
—¡¿Qué coño hacías tú en el baño de las chicas?! ¿No te has fijado ahí abajo?—preguntó, miró hacia abajo y me hizo una seña—tan torpe yo, no entendí— y pregunté sin entender a qué se refería:
—¿Qué pasa?
—¡¡SE TE SALE LA POLLA, IDIOTA!!—gritó a un punto que solo escuché yo. Se quitó de mi lado y miré hacia abajo y me di cuenta que mi pene resaltaba sobre la toalla, lo cubrí poniendo mis dos manos, sonreí mirando hacia él y le dije:
—Gracias tío. —le guiño un ojo—, te voy a contar lo que pasó, antes me voy a duchar.
—Vale.
Ethan era el único amigo que había conseguido tras el paso de los años, creo que como él ninguno y por más que hayan bajas en nuestra amistad, siempre estamos ahí para apoyar al otro. Dejé la toalla sobre el lavamanos, me metí en la ducha, abrí el grifo y me dejé caer toda el agua, cerré mis ojos para sentirla como tocaba todos mis extremos y usaba las manos para sentir el agua más cerca de mí.
«Estoy harto de que te diga de hacer algo y no lo hagas, no eres como tú hermano, él hace todo lo que le pido, para una maldita vez que te pido que ordenes el salón mientras tu madre y tu hermano están en el medio y tu pasas.»
—Dominick, ¿Me estas escuchando?—me llamó Ethan, me estremecí un poco y le dije:
—Sí, ya salgo...—cerré el grifo y las gotas de agua que habían quedado en el cuerpo comenzaron a caer disparadas en el piso.
—Vale tío, mueve tu culo. —dijo Ethan soltando un aplauso de motivación, algo había pasado, lo conozco, sonreí mientras me envolvía la toalla en mi cintura y salí.
—Ya salí, ¿Qué cojones pasa?—pregunté, pero no dejaba de pensar en ese recuerdo que tuve en la ducha.
—Pues, vístete. Cuando salgas te muestro, ¿vale?—achiqué los ojos ante su respuesta poco madura y sus ganas de siempre mantener el misterio.
—Sí, pero ¿Qué es?, Joder...—me indigné. Él me conoce, sabe que tengo poca paciencia cuando de sus misterios se trata.
—Es una tía que acaba de llegar, está buena—contestó 'creo que para tranquilizarme'—tocándome el hombro—, mejor date pronto.
—Vale, vale ya voy... —le dije frotando su cabello,!despeinándole.
Se dió vuelta y salió del baño, me comencé a vestir: me puse unos vaqueros azules sin ponerme el bóxer para estar algo más cómodo, —tal vez se presenta una nueva víctima— «claro que vendrá» y una sudadora blanca.
«Necesito ayuda», me digo a mí mismo.
Me asusté con mi propio pensamiento, algo me pasa, estoy enloqueciendo o es que necesito tener sexo. Siempre es lo mismo, trato de recordar algo que retumba en mi cabeza hace tiempo, pero no lo consigo.
«Cállate»
Esta voz hizo eco en mi cabeza; ¿Qué me está pasando?
Dejo mi pantalón sin abrochar y dejo caer mi toalla contra el piso. Mi espiración se comienza a acelerar, poco a poco todo se comienza a nublar.
«Joder, Dominick»
Las voces no cesaban, comienzo a chocar con mi alrededor, todo me comienza a dar vueltas...
Me voy al baño y me veo al espejo, siento que una bestia me desgarra por dentro. Que arrastra su mano contra mi vientre gritándome la necesidad sexual que me llenaba.
«Necesito sexo»
«Dominick, Dominick...»
«¿¿Qué me pasa, qué es esto??»
—¡Coño, Dominick!—me gritó Ethan haciendo que reaccionara.
—Ethan...—tomé aire profundo, soltándolo lento y dificultado—, ¿Qué está pasándome? —pregunté sosténiendome de su hombro. Él era literal un hombro en el que contaba en momentos difíciles, él sabe de estos ataques raros que me debilitan de vez en cuando, pero nunca le comento sobre las voces, es un misterio que yo quiero abarcar a descubrir.
—Tranquilo, venga, siéntate. —me dijo, guiándome del brazo hasta sentarme. Comencé a respirar lento, el momento de tensión estaba desapareciendo, me tranquilizaba poco a poco, mi pecho subía y bajaba lentamente mientras seguía sentado.
—Gra... gracias, te debo una tío...—susurré entrecortado.
—Vale ya, venga, termina de vestirte y salgamos de aquí. —sonreí levemente aún mareado, haciendo un "ok" con mi pulgar.
Me incorporé ya más estable, me abroché y salí del baño, estiré mi mano para así cerrar la puerta, cuando terminé, observé el lugar y noté que todos me miraban; no sé por qué esas caras.
—¿Qué es lo que pasa contigo, tío? ¿Estás perdido? —me preguntó Ethan quien notaba que estaba algo confundido.
—No pasa nada... Iré a clases de matemáticas, voy tarde. —contesté algo aturdido dirigiéndome al pasillo. Seguí mi camino al salón de cases, fui a por mis cosas a mí casillero y tras uno de estos estaba Mia, ella se me quedó mirando y sonrió; no me contuve a devolver la sonrisa. Sentí que me tocaron -creo que con un dedo- en mi hombro izquierdo, rápidamente volteé a verle: era una chica pelo castaño, rubia, de labios carnosos color manzana y unos ojos preciosos de color verdiazul.
Mi corazón se me aceleró.
«Por favor, no preguntes el por qué; tampoco lo sé»
—Hola. —sonrió formando una línea que hizo que apreciara con detenimiento su belleza, era en definitiva una diosa frente a mis ojos—. Disculpa, estoy perdida. Sabes dónde queda... ¿El salón de inglés?—su voz era enternecedora y como una pasiva brisa. Creí quedarme embobado, esos ojos me vieron el alma, un calentón se apoderó de mi pecho que no pude explicar, me había capturado la atención total esa chica y necesitaba comprobarlo.
—Am...—tartamudeé la respuesta con nerviosismo—. Sí, ése de ahí—le indiqué señalando.
—Gracias. —sonrió de nuevo, cosa que me encantó—, por cierto, me llamo Emily. —me dijo. Rodó los ojos y volvió a decir con una leve carcajada—. Dato que nadie pidió, pero la cortesía...
—Am...—comencé a temblar, «Éste no eres tú Dominick...»—, Perdona...—mi corazón se me quería salir del pecho y me le sonreí avergonzado por mi actitud tan pésima—. Yo soy Dominick, un placer.
Ella me devolvió la sonrisa algo curiosa y se dirigió al salón. No sé qué me había pasado, pero esa chica tenía la culpa.
¿Que si me enamoré...?
¿Que si quedé flechado?
Eso era lo más seguro. Y no me arrepentía.
Me quedé tieso unos segundos y sentí una mano agarrarme el trasero con firmeza. Era Mia.
—No te olvides de la propuesta más tarde, guapo —me susurró al oído.
«¡No me tientes a follarte aquí mismo, Mia! ¡No puedo estallar aquí!»
—Claro que no la olvidaré, te daré tan duro que vas a terminar cojeando por varios días...—le dije poniendo la voz sexy y picarona.
—Eso espero...—dijo ésto último y se retiró.
«Dominick, prepárate»
Me quedé mirándole sus nalgas moverse de un lado a otro mientras se retiraba. Mordí mi labio y caminé hasta clases.
Dulce casualidad.
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DOMINICK © ✅ [#PGP2024]
Mystery / ThrillerLIBRO I & LIBRO II [+18] "Siempre he pensado que la infidelidad no existe. Pensaba que se puede ser fiel, aun teniendo relaciones sexuales con otras personas. El cuerpo se puede compartir, pero el alma, definitivamente no." Dominick, un adolescente...