Capitulo 22

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Estaba somnoliento, salí con dificultades de mi habitación y con la mano sobre las paredes frías de mi apartamento logré llegar hasta la cocina. Habían trastos sucios y una que otra taza limpia, tome una de la estantería y me serví un café oscuro para calmar el sueño y la pereza que tenía encima.  sentado en los muebles de la sala con el café en las manos y mirando las llaves del coche sobre la mesa... me dieron ganas de salir y conducir hasta quedarme sin combustible sobre la ciudad.

No recordaba cómo logré todo esto, comencé todo lleno de preguntas y no había pasado mucho desde que comenzaba este diario. Me había convertido en un millonario a los 17 acuestas de mi padre y había desperdiciado todo en alcohol, lujos temporales y bueno, por suerte una que otra inversión que valió la pena. 

Me sentía mal por haber desperdiciado todo a tan temprana edad, estaba en mi etapa más madura y lúcida y era consciente de todo lo que había perdido. Pero no era momento de llorar sobre la leche derramada, aún quedaba el auto y después de todo ahí estaban las llaves, así que menos pensar y más conducir.

Diario de un ansiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora