Otro día más de rutina como de costumbre, eran las 4:50 de la tarde y ya estaba fuera del trabajo luego de un largo día de caminar y caminar entregando publicidad. Llevaba tiempo hablando con alguien nada fuera de lo común y tuve la gran idea de invitarla a vernos.
Me puse nervioso, estaba con mis andrajos de siempre y ella llegaría en poco minuto. No paraba de ver hacia todos lados para saber por dónde llegaría hasta que la vi, se veía radiante como de costumbre; me abrazó y juro que el maldito gris de aquel día se impregnó de colores. Hablamos por unos minutos sobre lo mucho que había esperado y lo poco que ella había tardado en arreglarse.
Llegando al parque todo era muy tranquilo, yo no paraba de ver sus ojos y sus labios y ella no dejaba de reír por mi facilidad de ser un idiota de tiempo completo, teníamos tanto de que hablar y yo con mi tiempo siempre al límite y medido. Juro que aquel parque se hizo pequeño para nosotros, nada estaba bien pero no me importaba si ella me seguía viendo con esos ojos, los mismos ojos precavidos y miedosos de que fuera descubierta, y la entiendo. ¡Nadie quiere conocer tu caos y quedarse con él, pero yo! Chica yo ya era un caos.
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Diario de un ansioso
RandomQuizás es extraño... estoy escribiendo la última parte de mi historia como si este fuera el final, nunca pensé llegar a contar tantos secretos y menos todos en un mismo lugar, no incluso cuando pase años ignorando mi pasado y mis malos hábitos. si...