Ya había pasado un día completo y aún no sabía nada de nadie literalmente. Nadie escribía, nadie llamaba, el fax estancado en la hora y mi puerta ya estaba oxidada por no abrirla.
La gente solo murmuraba que había cambiado, que me veían diferente y si por supuesto que había cambiado, ya no era la persona que hicieron sentir menos, era la persona que encontró alas y se convirtió en Dios. Si, tenía el autoestima en el piso pero el egocentrismo por las nubes, así soy yo. No quería presumir pesos en los bolsillos si no besos en mis labios, no quería presumir curvas en la espalda si no ondulaciones en la cara, no quería billetes de 100, quería a alguien que me hiciese sentir al 100.
Quería que fuera para siempre, que los intervalos no fueran por momentos si no que el tiempo fuera inmediato, en la mesa dos platos pandos y en la cama dos tazas de café amargo, no quería algo de vez en cuando solo quería un par de ojitos que me miraras mientras sujetaba mi corbata. No quería atajos ni que me dieran ñapa, quería tocar la cima con las manos llenas... tener más de lo suficiente y amar más de lo necesario.
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Diario de un ansioso
RandomQuizás es extraño... estoy escribiendo la última parte de mi historia como si este fuera el final, nunca pensé llegar a contar tantos secretos y menos todos en un mismo lugar, no incluso cuando pase años ignorando mi pasado y mis malos hábitos. si...