Capitulo 43

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Quede sorprendido al ver en la puerta de la residencia mi auto, aquel veloster negro grafito que amaba estaba ahí esperándome, no sé cómo está ahí aunque ni siquiera me sentía feliz, solo estaba agradecido.

Se me hacía inevitable dejar atrás recuerdos, fechas en las que solía ser felicidad plenamente y si algo me daba nostalgia era la misma alegría, se desvanecía entre mis manos aquella luz de esperanza.

No hago mas que vagar de casa en casa buscando en qué lugar o espacio me siento menos yo y soy más ese hombre de hace algunos años atrás, desesperado por encontrar paz a un precio asequible para un pobre perdido que no tenía mas que buena música y un par de pesos en los bolsillos.

Jamás lograba llegar a tiempo al trabajo, por estar siempre pensando de más, soy un loco que en medio de su esquizofrenia encontró cordura, amo mi vida más allá de lo que soy ahora, y vivo con la esperanza de volver a sentirme humano.

Diario de un ansiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora