Así fue como comenzó todo, lo recuerdo como si hubiera sido ayer y la verdad es que ya llevamos un tiempo, pero tenía miedo, miedo de amarla más que ayer y un poco menos que mañana.
Ella tan cálida y yo tan frío como el hielo, pero cuando hablábamos, era un capuchino caliente por las mañanas. Pensé muchas veces en dejar de verla, pero sus ojos no dejaban de seguirme, pensé en dejar de buscarla, pero irónicamente ella terminó encontrándome.
—¿Saben por qué?
—Porque las almas gemelas tienen el mismo escondite, y están destinadas a encontrarse cuando menos se necesiten, y más solos quieran estar.
Lo supe porque... cuando quería dejar de pensar, solo pensaba en ella. No quería admitir que me estaba enamorando, pero sentía que cada día la quería un poco más que ayer.
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Diario de un ansioso
RandomQuizás es extraño... estoy escribiendo la última parte de mi historia como si este fuera el final, nunca pensé llegar a contar tantos secretos y menos todos en un mismo lugar, no incluso cuando pase años ignorando mi pasado y mis malos hábitos. si...