Capitulo 37

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Sin duda estaba cansado, era chistoso ver cómo en menos de que ¿3 horas? Había escrito más de lo que pude haber redactado en un mes jaja, me asomé por el balcón de mi apartamento y solo veía a los autos correr por la autopista, entrecerrando los ojos me imaginaba en mi auto sobre el pavimento, el olor a gasolina y ver los prados de arroz a las afueras de la ciudad, simple pero relajante como un buen tequila.

Ahí estaba, claro cómo no lo pensé antes? Corrí hasta a la alacena y busqué por todos lados el número telefónico de un viejo amigo de la policía "El mayor Bonilla", más allá de ser un amigo era un viejo conocido el cual me debía un par de favores que serían cobrados. Lo llame comenzamos a charlar hasta que surgió la pregunta... necesito recuperar mi auto ¿puedes ayudarme? Lo sé, se que pensarán que soy un abusivo e interesado pero... en verdad, estaba desesperado.

Entre sí y no quedamos en que me llamaría dentro de dos días, según él hablaría con sus compañeros para aclarar los cargos y decir que era un familiar mío y solucionar todo, si no llamaba al día siguiente era porque no había funcionado. En vez de darme alegría, los pelos se me habían puesto de punta, maldito Bonilla yo quería mi auto, no un nuevo primo, y sonreí.

Diario de un ansiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora