Silencio. Era la palabra para definir como ambos estaban. Ninguno pronunciaba palabra alguna, tan solo caminaban bajo la lluvia, en silencio. No les incomodaba, tan solo disfrutaban del camino.
El pelinegro abrió una puerta haciendo que primero pase el castaño, este siguiéndole el paso, accedió, mientras esperaban el ascensor.-Pensé, que vivías en una casa- habló el castaño llamando la atención del otro.
-No tengo dinero para pagarlo, bueno si tengo, solo... prefiero vivir así- habló quitando la sonrisa de su rostro, el contrario lo noto.
-Esta bien- susurro.
Volvieron a quedarse en silencio, hasta que el ascensor apareció, entraron, y el pelinegro presionó el botón hacia el quinto piso.Los números empezaron a subir, y ninguno hablaba nada, no sabían qué decir. Las puertas se abrieron, Demian sacó una llave de su bolsillo abriendo la puerta que indicaba la letra "B", le dio un gesto para que entrara, sonriendo otra vez, el castaño hizo caso y le devolvió la sonrisa.
-Tu ropa está empapada- dijo el pelinegro.
-La tuya igual- hablo el castaño.
-Bien- sonrío- Quédate aquí, espera- hablo una vez más, entrando a una habitación y saliendo de esa misma con toallas en sus brazos. -Toma, sígueme- habló entregando las toallas y tomándole de la mano.
-Bien...- dijo el castaño.
-Este es mi baño, puedes tomar una ducha y luego yo te traeré algo de ropa. Tómate tu tiempo, yo me duchare en el baño de mi habitación. Para que no te incomode si entró, dejaré la ropa en el suelo y tocaré la puerta para avisar. ¿Bien?- habló el pelinegro moviendo los brazos al explicarle cada cosa.
-Me parece bien. Muchas gracias- habló sonriendo.
-No hay de qué, luego de la ducha puedes ir a la sala- habló saliendo del baño, para luego cerrar la puerta, dejando al castaño dentro.
[...]
El agua tibia resbala en su espalda. Las gotas cayendo en su rostro. Su cabello tapaba levemente sus ojos al estar empapado.
Will se sentía bien, nunca nadie le había tratado tan amablemente, a pesar de tan solo conocerlo hace dos semanas, se sentía tan bien, aquel pelinegro se había ganado su confianza absoluta, aunque hace unos segundos dudaba de lo que le podría hacer, aunque cuando lo conoció quería alejarse de él.
Ahora no podía estar un día sin este.¿Eso se siente tener un amigo?
No sabía como expresar lo que sentía, quizá le hubiera sido más fácil si de niño tan solo hubiera tenido un amigo, si tan solo hubiera jugado.
Si tan solo hubiera tenido una familia.Cerró el grifo, haciendo que deje de caer el agua, y salió de la ducha tomando la toalla para secarse el cabello, luego el rostro y el cuerpo.
Debía dejar de pensar en su pasado, ya lo había superado, no quería sentirse débil.La puerta sonó, haciendo que el castaño dejara de pensar en todo lo anterior.
-Aqui te dejo la ropa, me iré a duchar, espero te quede- el castaño sonrió al escuchar la voz del contrario.
Los pasos se alejaban, entonces abrió la puerta para tomar la ropa, y volvió a cerrarla.
Vio detenidamente las prendas, y se las probó mirándose al espejo del baño.
Llevaba puesto un pijama. Los pantalones le quedaban holgados pero se sentía muy cómodo, la parte de arriba era un poleron de manga larga, tenía escrito winter bear, todo el conjunto era de color marrón con algunos detalles verdes.
Salió del baño, se sentía algo avergonzado que el contrario lo viera así, camino hacia la sala encontrándose con un desorden. Había muchas hojas por todas partes, los muebles al menos estaban acomodados, tomó asiento en estos. Miraba detenidamente el ordenador que se encontraba encendido en frente de la mesita, al lado había una taza vacía, no podía creer que el pelinegro fuera tan desordenado, pero no se lo iba a decir. Empezó a acomodar las hojas, no sabía que decían cada una, pero supuso que era una historia del contrario, las acomodo en frente del ordenador.
-Perdon por eso, yo lo podía acomodar luego, gracias- escucho la voz del pelinegro, fijó su mirada en él. Tenia puesto también su pijama, los pantalones también le quedaban holgados, el poleron que llevaba tenía el dibujo de un búho al igual que el pantalón, era de color chocolate con puntos naranjas.
-No importa, solo eran hojas- dijo sonriendo al verle.
-Si te quedo el pijama, que bueno, pensé que no te quedaría- sonrió.
-Si, gracias- hablo avergonzado.
-Ya vengo, espera aquí- hablo el contrario tomando la taza de la mesa yéndose hacia otra habitación.
Pasaron unos minutos, lo vio regresar con dos tazas en sus manos, una tenía el dibujo de un búho, la otra de una pequeña tortuga, las dejó en la mesita y se sentó a su lado.
-Te traje chocolate, elige la taza que más te guste-
-La de tortuga, y gracias otra vez- habló tomando la taza entre sus manos.
-Esta algo caliente- dijo el pelinegro, tomando la taza de búho.
Tomaron el chocolate en silencio, de vez en cuando ambas miradas rozaban y sonreían.
Demian miro el reloj, suspiro y devolvió la vista hacia al contrario, ambos tenían las tazas vacías.-Es algo tarde, será mejor dormir- el pelinegro se levantó y el castaño también -Te llevo a tu habitación- le tomo la mano, el contrario no decía nada ante aquel tacto, le gustaba.
Sí, le gustaba sentir su mano junto a la del pelinegro, sentir su calor, y el suave de su mano. Le encantaba.Se dirigieron hacia una puerta de color blanco, al entrar el castaño se dio cuenta de que las paredes estaban pintadas de verde y naranja. Había algunos cuadros de pintura, algunas luces colgaban debajo de la cama, y una mesita de noche que tenía un peluche de oso.
-Esta era mi habitación, ahora yo duermo en la de mi hermana, ella ya tiene su propia casa y vida, me dejó este departamento. Cuando yo llegué a tener mi propia vida, tendré una casa- sonrió, el castaño entendió que le estaba respondiendo a la pregunta que había hecho antes de subir al ascensor.
-Es muy linda la habitación-
-Si, bueno, ya sabes donde está el baño, cuando despiertes mañana puedes ir a la sala y encender la televisión, tú siéntete como en casa- sonrió - Buenas noches, winter bear.
-¿Winter bear?- preguntó confundido.
-Mira tu pijama, duerme bien- sonrió cerrando la puerta.
Al ver el poleron se dio cuenta de lo que el contrario le había dicho, sonrió, él era como un niño pequeño.
Se encaminó hacia la cama y apartó las mantas para echarse en ella. Se acurruco tomando el peluche de al lado para abrazarlo, olía como Demian, un olor a chocolate tan dulce y suave, sonrió mientras cerraba sus ojos.Quedando profundamente dormido.
...
-Descansa mi pequeño osito de invierno. Mi winter bear-
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¡Feliz día de las madres!Y aquí subiendo capítulo para ver si alguien le llega a interesar mi historia 👉👈.
Música en la que me inspiré esta al principio.
Nos leeremos pronto.
I love them 💜✨
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𝐓𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚
Любовные романыWill quería un trabajo para poder salvar a su abuela, mientras luchaba con sus pesadillas, y Demian estaba cansado de escribir cosas de amor sin aún conocerlo. ¿Y si lo único que necesitarán es la simple compañía del otro?