Cap 36: Hora de cambiar

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La lluvia caía al igual que un torrente en las laderas de las montañas, no sabía en qué temporada del año se encontraba, sentía las gotas caer en su cuerpo las cuales humedecen su ropa poco a poco. Corrió rápidamente hacía la parada de autobús más cercana, no se encontraba nadie alrededor y sintió paz de estar solo, observó el cielo tratando de adivinar a qué hora podría terminar el fuerte llanto de las nubes alrededor.

Las yemas de sus dedos sintieron el suave contacto con las gotas de la lluvia que se resbalan de su chaqueta, había banquillas detrás suyo pero a causa del clima actual se encontraban húmedas, no tuvo más opción que esperar de pie mientras el frío le carcome cada centímetro de su piel. Frotó sus manos tratando de encontrar algo de calor, tenía los dedos entumecidos, y de sus labios escapó un suspiro que se escuchó tan fuerte como el comienzo de una tormenta.

-Si no eres suficiente para ti mismo entonces no lo serás para mí.- Aquellas palabras resonaron en la mente del castaño como si fuera un disco rallado, y el dolor de cabeza apareció tan intenso como el de un fuerte golpe.

Era común recordar pequeños fragmentos de "aquella noche" -había empezado a llamarla así porque siempre en aquellos recuerdos veía la oscuridad absoluta del cielo y sentía el frío dolor que causaba las gotas en su piel- siempre tenía leves recuerdos pasajeros, sobre una profunda conversación entre Demian y él, no entendía las crueles palabras que venían a su mente, y mucho menos el por qué se las dijo al moreno.

Un pequeño destello cegó su vista, frunció el ceño al observar que se trataba de las luces de un automóvil, se apartó al ver cómo el vehículo se estacionaba enfrente suyo, trago en seco mientras mantenía su mirada fija a la ventana polarizada. Sus pensamientos cesaron al escuchar una voz.

-William, pensé que ya estabas en casa.- Era su profesor, le extrañaba encontrarlo a estas horas. -He tenido una reunión urgente, fue una sorpresa encontrarte aquí bajo la fuerte lluvia.

-Luego de las clases doy un pequeño paseo lejos de mi casa, por eso no me fije en la hora y la lluvia me agarró de sorpresa.- El castaño estaba acostumbrado a hablar con su profesor sobre su día a día, no eran cercanos pero le agrada aquel sentimiento de tener a alguien con quien hablar.

-Ya veo. La lluvia no se va a detener hasta dentro de dos horas más. ¿Quieres que te lleve a casa?- Una sonrisa amable se dibujó en el rostro del adulto, el castaño soltó un leve suspiro y asintió aún con duda.

Pudo sentir el calor del automóvil envolverlo como si se tratara de un cálido abrazo, se recostó en el respaldar del asiento dejando que todo su peso cayera y relajándose en un instante. Pero el brusco movimiento del vehículo lo sacó completamente de la burbuja de comodidad que había creado.

-¿Tu padre sigue viviendo en la misma casa blanca?- La pregunta me desconcertó durante unos segundos, hablar sobre mi padre siempre era un tema difícil.

-Sí.

-¿Él es bueno contigo?

Me mantuve en silencio por un instante. -Lo es. ¿Por qué no lo sería?- pregunté como si tratara de descubrir algo.

-Muchas veces tenía sus arranques de ira, eso sucedía a menudo con tu madre, pero supongo que eso ya lo debes saber. ¿no?- Mi mirada chocó con la suya y como si pudiera ver dentro de él sentí que se encontraba aterrado.

-Nunca pude comprenderlo. ¿Por qué eres su amigo?- Sonreí internamente al ver cómo tragaba en seco, tal vez había dado en un punto débil.

-Digamos qué, tenemos algo pendiente.

Me limité a preguntar algo sobre lo dicho, todo era mucho como para procesarlo en un corto viaje de automóvil. Pose mi mirada hacía la luna polarizada, observando cómo el paisaje se encontraba en constante movimiento, las luces rojo y azul al final de una calle me llamarón la atención, eran las autoridades.

𝐓𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñí𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora