Pov Arizona
Es lunes, demasiado temprano para mi gusto. Son alrededor de las ocho y veinte de la mañana, debo levantarme para ir a mi clase de equitación.Voy a equitación desde que tengo memoria prácticamente, mi padre siempre me llevaba con él hasta que tuve la edad suficiente para ir sola.
Humildemente, creo que soy genial montando caballos. Digo, no cualquiera puede hacer lo que yo, no?
Es mi primer año viviendo sola, hace un par de meses que decidí independizarme completamente de mis padres ya que teniendo 25 años, es algo molesto estar pidiendo dinero y permiso para todo.
Me levanté vagamente y me dirigí hacía el baño, lavé mis dientes, me limpié el rostro y salí hacía la cocina para ver qué podía inventar hoy como "desayuno"
No sabía cocinar muchas cosas por lo que opté por un café y unas tostadas con huevo revuelto.
Lo único que extraño de la casa de mis padres es la comida, la chica que trabajaba ahí realmente tenía mano para eso de la cocina.
Por fin me senté en la mesa con mi laptop y mi desayuno, comencé a ver mis correos hasta la hora en la que tuviera que irme.
Me llegó sorpresivamente un mensaje de Eliza, mi novia, ella se había molestado por una torpeza mía y no me hablaba hace días.
[Eliza: Podemos hablar hoy? Realmente quiero arreglar las cosas contigo Az.]
Claro, me ignora durante días y espera que yo esté dispuesta a hablar con ella, no voy a correr detrás de ella cada que se enoje.
Deberá hacer algo grande para que mis ganas de cortar todo tipo de relación se esfumen.
Caí en cuenta de que ya debería irme, cerré mi laptop y corrí hasta mi habitación para cambiarme.
Me coloqué un pantalón blanco con una camiseta a juego y una chamarra azul. Tomé mis cosas y salí de casa.
Estacioné en mi lugar de siempre y me dirigí hacía la sala de espera dónde debía encontrarme con Carlos, mi mentor desde siempre.
— Arizona Robbins?— La voz de una mujer me sacó de mis pensamientos.
Ella era más alta que yo, morena con piel caribeña. Tenía unos ojos profundos y oscuros, unas facciones bastante especiales diría yo.
— Si?— Me acerqué hasta ella.
— Soy tu nueva mentora, Calliope— Sonrió enormemente
¿Qué? No, claro que no. Yo estoy esperando a Carlos no a una principiante de cuarta.
— Disculpa, pero creo que estás confundida, yo solo tomo mis clases con Carlos
Ella me miró confundida.
— Si no te molesta, lo esperaré
— Pues esperarás toda la mañana, él se retiró— dijo amablemente
— Y en su lugar pusieron a una principiante de cuarte?— Bufé molesta
— Oye tranquila princesita adinerada, me pusieron a mi porque de seguro tengo muchos más años que tú en esto
Cruzó sus brazos molesta mientras me observaba, si las miradas pudieran matar a las personas, yo ya estaría en el ataúd.
— No lo creo, vengo aquí desde que soy prácticamente un bebé. Entonces, puedes decirle a Carlos que venga?
— Ya te dije que él no vendrá, así que o tomas la clase conmigo o te vas— contestó firme
Estaba por responderle cuando afortunadamente Carlos cruzó la puerta de entrada.
— Carlo al fin— dije por fin relajando todos los músculos de mi rostro— ¿Podrías explicarle que tú me das clases?
— Arizona!— contestó este feliz acercándose a mi— Lamentablemente yo me he retirado, pero mi hija hará un gran trabajo, créeme- sonrió
Espera, ¿Qué? ¿Ese engendro del mal era su hija?
Siento que voy a caer desmayada al piso, esta mujer es irritante!
¿Cómo se le ocurre a Carlos que yo tendré clases con ella? Ni siquiera es respetuosa.La irritante mujer me miró con una sonrisa triunfante.
— Bien— sonreí falsa— Tendré las clases con ella, no hay problema!
Ella saludó a su padre con un beso en la mejilla y nos dirigimos hacía la estancia donde se encontraban los caballos.
— Así que la hija de Carlo Torres...— la observé— Recuerdo haberte visto cuando era pequeña, pero siempre pensé que eras un niño
Posó su mirada sobre mí, sé que ella quería estrangularme, a veces discutir con la gente es divertido.
— Ah si?— rio irónica— Yo siempre recordé haberte visto como una princesa mal educada y mírate! No has cambiado en nada
Mi sonrisa se esfumó al instante y me pare en seco mientras ella seguía caminando sin siquiera detenerse.
¿Que rayos le ocurría a esta mujer?
Jamás me habían respondido así, ninguno de mis empleados y mucho menos la gente que no me conocía.
— ¿Y tú quién carajo te crees?— contesté molesta— Deberías tener en claro cuál es tu posición conmigo!
— ¿Una simple empleada?— rio
— Si! Eso eres!— dije furiosa
— No, ahí es dónde te equivocas rubia. Yo solo estoy ayudando a mi padre, no recibo tu asqueroso dinero— comenzó a caminar hacia los caballos para colocarles la montura
— Hija de...— susurré
— Es hora de subir— sonrió burlesca— O la princesa tiene miedo?
La observé con desagrado y caminé hacia allí. Pasé por delante de ella y me subí a mi caballo.
— Jamás he tenido miedo— dije orgullosa— Tal vez tú si... Digo no es fácil tener que vivir de una granja, no?— saqué a mi caballo del establo y me dirigí hacía la pista
Sentí como ella bufaba por lo que le había dicho. Esta mujer no se cansaba de ser desagradable conmigo, si tan solo supiera que mi padre podría comprar todo este chiquero y dejar a su familia en la calle, ahí dejaría de ser divertido tratarme como una cualquiera.
— Bien, da un par de vueltas con el caballo, luego haremos circuitos— me explicó, era indiferente conmigo
Estaba dando las vueltas cuando un hombre se acercó a ella con un refresco, ella le sonrió y la tomó entre sus manos.
Se ve que este tipo quiere conquistarla, pobre idiota no sabe en lo que se está metiendo.Aún que ahora que la veo bien... En estos minutos que he estado aquí nunca la vi sonreír de felicidad. Siempre burlesca o irónicamente, tenía una linda sonrisa para ser... Ya saben, clase media.
Reí para mis adentros y seguí con lo mío.
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Little Talks
FanfictionArizona Robbins, hija de uno de los empresarios más importantes del país. Comienza sus clases de equitación cómo todos los años, se lleva una gran sorpresa al saber que su mentor, Carlos Torres, se retira por lo que se necesita un reemplazo. Para su...