Capítulo 22: "Apagados"

1.1K 132 22
                                    

Pov Arizona
Al llegar a mi cuarto cerré la puerta con fuerza, como si fuera una adolescente haciendo un berrinche.

Me dejé caer en la esquina de la habitación mientras lloraba.

Me preguntaba:

¿Qué rayos hice mal?

Aún no logro descifrar como es que todo se fue a la mierda tan rápido, me siento de alguna manera traicionada. No por Calliope, si no por mi.

Me vendí a un amor que no duró más de un año, desaparecí a la antigua Arizona, a esa que no le importaban los demás, la que no tenía sentimientos...

Ahora me siento vacía.

¿Así se siente el amor?

Es la ruptura más dolorosa que he tenido, y creo que de alguna manera lo fue porque siempre dicen que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, pero yo nunca lo tuve y aún así lo perdí.

Me pasé varias horas en mi cuarto, llorando, sintiendo como mi corazón se rompía en mil pedazos.

Sentir cómo yo iba a mil, cómo todo giraba tan rápido que no alcanzaba ni siquiera a descansar. Mi cabeza me pedía a gritos que por favor apagara todo sentimiento hacía ella mientras que mi corazón gritaba por amor, él me decía que la necesitaba, que necesitaba enamorarme otra vez, mientras que mi cabeza me seguía mostrando los recuerdos del pasado, esos que tanto me habían dolido, me recordaba todo lo que había sufrido por darle importancia a las personas.

Una y otra vez me repetía que apagara los sentimientos, me repetía "Si no sientes no hay dolor, recuerda todo lo que pasamos y lo mucho que nos costó" mientras mi corazón me decía "Lo necesitas, necesitas salir de esta mierda por favor reacciona. Deja que entre en ti"

Hasta que lo note, Calliope ahora estaba impregnada en mi corazón y sería demasiado difícil sacarla de ahí.

Debía apagar todos mis sentimientos por un rato, debía hacer lo que siempre hice, lidiar con el dolor en silencio.

Odio sentirme insegura, por esa misma razón no dejo que la gente entre fácilmente en mi vida. Sé como se siente estar rota, por eso lloro cuando nadie me ve, por eso no cuento mis problemas, porque tengo miedo de darle la oportunidad a alguien de romperme una vez más.

Limpié mis lágrimas, observé mi reloj y noté que eran las 00:45 A.M.

Tenía hambre por lo que me coloqué mi pijama y bajé a la cocina, al entrar me encontré con Elena.

Ella era una empleada antigua de nuestra familia por lo que de alguna manera le tenía cierto cariño.

— Buenas noches Elena— susurré— ¿Podría servirme las pastas?

— Claro— dijo ella con una pequeña sonrisa

— Voy a cenar aquí en la cocina— me senté en el desayunador y cerré mis ojos intentando controlar mis lágrimas

— Señorita Robbins

— ¿Si?

— ¿Puedo decirle algo sin que me despida?

Sonreí apenas.

— Dígame

— Esa chica, Calliope, la quiere mucho

Suspiré.

— Ella... No me quiere tal y como soy

— Créame que si— sonrió— Puede ser que se haya equivocado pero ambas lo hicieron

Fruncí el ceño.

— Usted no debió cambiar por ella— dejó el plato de pastas frente a mi— Y ella debería ir despacio, al ritmo de usted— dejó una copa y unos cubiertos junto al plato— Usted jamás ha tenido una relación seria y es normal esto que está pasando

— Ella me cambió demasiado...

— Algunas cosas para bien, como el orfanato

Sonreí recordando a mis niños.

Elena se acercó y acarició mi mejilla.

— Llame a su madre, necesita consuelo

Ella me dió una última sonrisa y salió de la cocina.

Pov Calliope
Fue una noche pésima, por más que di mil vueltas en la cama no conseguía conciliar el sueño.

Me había adelantado con Arizona, ella no estaba lista para tanto. Sin embargo iba a pedirme ser su novia... Creo que eso fue lo que más rechazo me provocó conmigo misma.

Debería haber sido más comprensiva con ella...

Por la mañana siguiente tuve que ir a trabajar a la estancia, rogaba no encontrarme con Arizona, no sabría que decirle.

Al llegar tuve un par de alumnos hasta las 11:30 A.M. que mi padre me mandó a llamar.

Silenciosamente entré en su despacho y ahí me esperaba él.

— Papá, ¿Me llamaste?

— Si, necesito que lleves estos papeles al despacho de Arizona para que los firme

Asentí dudosa.

Él tomó su chaqueta y se la colocó.

— ¿Debes irte?

Él asintió.

— Tengo una cita con tu madre— besó mi frente tiernamente y salió

Tomé los papeles entre mis manos y di un largo suspiro.

Me arreglé la ropa y salí en dirección al despacho de ella, al llegar toqué la puerta tímidamente.

— Pase!

Di una bocanada de aire y abrí la puerta lentamente.

— Disculpa, mi padre me ha dejado esto para que lo firmes

Su mirada al instante se encontró con la mía dejándome ver ese par de ojos azules llenos de tristeza. Ambas estábamos muy afectadas por esto que nos pasaba.

Ella me analizó por un segundo, hasta que rompió la conexión de miradas.

Me percaté en ese momento de la presencia de Carina.

— Carina, hola— sonreí apenas

— Callie, buenos días— sonrió

Le entregué los papeles a Arizona y por un segundo nuestros dedos rozaron dejándome una sensación de electricidad y tristeza al mismo tiempo.

Ella se dispuso a firmarlos, bajó su mirada y comenzó a leerlos en silencio.

Que incomodo es esto.

¿Cómo has estado Callie?— preguntó la italiana por fin rompiendo el silencio

Arizona subió apenas su mirada para prestarme atención.

— He estado mejor— una risita nerviosa se escapó de mi boca— Pero estoy... Bien— susurré— ¿Y tú?

— Estoy bien— junto sus labios— Estábamos viendo con Arizona los últimos detalles del orfanato, sé que te encantará

Abrí mi boca para hablar pero fui interrumpida por Arizona.

— Listo, aquí está todo— me entregó los papeles y nuevamente nuestros dedos rozaron— Carina, ¿Me acompañas a almorzar para terminar de ver las cosas del orfanato?

Ella asintió.

Arizona y yo volvimos a conectar miradas, esta vez estuvimos más tiempo así.

— Ahm, yo debo irme...— susurré nerviosa y salí de ahí lo mas rápido que pude.

Little TalksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora