Capítulo 9: "Peleas"

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Pov Callie
Habían pasado dos meses desde ese día, con Arizona nos veíamos casi todas las mañanas cuando ella venía a equitación y el resto del día ella trabajaba ya que finalmente había decidido tomar el lugar de su padre en la empresa.

Había estado conociendo a Arizona cada día más, ví varias de sus facetas. Como la graciosa, la relajada, la dormilona y hasta la ví en pijama. Se sorprenderían si les dijera que sus pijamas no son para nada serios... Es más el otro día le ví puesto uno de ositos.

Realmente yo ya la consideraba una muy buena amiga, habíamos adquirido confianza, no tanta pero algo es algo, no?

Llegué a la estancia llena de ganas por verla, quería dar un par de vueltas a caballo con ella.

Al llegar vi a Addison en el mostrador por lo que me acerqué a ella.

— Hey!— sonreí— ¿Cómo estás?

Ella se veía seria.

— Veo que no te enteraste...

— ¿Enterarme de qué?— fruncí el ceño

No entendía a que se refería, era más fácil que me lo dijera a que me tuviera adivinando.

— Ya dime!

— Tú padre va a vender la estancia, esta con el comprador en su oficina. Creo que deberías ir a verlo...

Fruncí nuevamente el ceño y la miré dudosa, ella me observaba con las cejas arriba. Quería decirme algo pero no se animaba...

Me llené de valor y me dirigí a la oficina de mi padre.

Toqué la puerta suavemente.

— Pase!— contestó mi padre

Tomé una bocanada de aire y tomé la manija de la puerta, abrí la misma lentamente con terror por lo que pudiera encontrar del otro lado.

Al entrar me quedé sorprendida por lo que mis ojos veían, pestañeé varias veces para darme cuenta de que no estaba viendo mal.

Al entrar a la habitación me encontré con Arizona apoyada sobre el escritorio con algunos planos que cerró al instante que entré.

— Arizona... No sabía que estabas aquí— no podía separar mi mirada de la suya.

— Cariño, Arizona a venido arreglar unos temas económicos— sonrió

Que rayos...

— Papá— giré mi mirada hacía él— ¿Podrías dejarme hablar con Arizona? — sonreí apenas— A solas

— Claro— saludó a la rubia con la mano y salió de la habitación dejándonos a solas

— Ay Calliope, lamento que te hayas enterado esto así— suspiró— Realmente quería contártelo antes pero no se dió la oportunidad

— ¿Eres idiota Arizona?

Ella me miró confundida.

— ¿Es algún tipo de venganza por tus traumas pasados o realmente estas loca?— subí un poco mi tono de voz.

— ¿Que te ocurre Calliope?— ella me observaba confundida.

Negué molesta.

— ¿Cómo se te ocurre comprar la estancia? He estado para ti desde la muerte de tú padre y tu quieres dejar al mío en la bancarrota— grité

— Creo que estás confundida... Yo-

— Deja de mentirme en la puta cara!— dije interrumpiéndola— Estas completamente loca! No dejaré que mi padre te venda absolutamente nada por más grande que sea la oferta que le des, oíste?

— Por dios Calliope, escúchame!

— No! Erica tenía razón!— grité— Ella me estuvo diciendo todos estos días que tu eras el demonio y que estabas tan traumada contigo misma que inventas historias para superar tus problemas.

La miré demasiado enojada.

— Acabas de perder la única amistad decente que tenías!

Ella tenía sus ojos cristalinos. Secó molesta, las pequeñas lágrimas que habían caído en su rostro.

— ¿Tú te estuviste viendo con Erica estos días?— preguntó molesta— ¿Es que acaso no tienes lealtad?

— ¿Y tú me hablas de lealtad? No seas tan hipócrita!

— Eres tan estúpida Calliope, a veces pienso que tal vez eres diferente pero me vuelves a dejar claro que solo eres una idiota!— se acercó a mi molesta— Quise hacer algo lindo por ti!

— ¿Comprando lo único que sostiene a mi familia?

— Tú padre está en quiebra y yo iba a comprar la mitad de la estancia para poder poner un campo de golf. Para que más gente viniera y tú padre no tuviera que venderla— esto lo dijo con lágrimas en su rostro— Luego me enteré que la estancia está conectada monetariamente con el orfanato por lo que yo podría invertir en el también — negó molesta.

— Arizona...

— Eres tan hiriente conmigo— me observó directo a los ojos— Después de que me abrí contigo y te conté todo lo que Erica me había hecho... Ni siquiera dudaste un segundo en ir a verla

La cagaste bien feo...

Ella me hizo la vida imposible— susurró— Eres una egoísta y una insensible— relamió sus labios intentando calmarse— Eres terca, desconfiada y estúpida.
Dios eres tan estúpida Calliope— tomó sus cosas y se acercó nuevamente a mí

No podía ni siquiera mirarme a los ojos, estaba dolida y yo lo sabía.

— Y yo no te perdí a ti, porque aún que te empecé a querer, yo siempre voy a ser más importante que cualquiera. Tú me perdiste a mi Calliope— salió de la habitación pegando un portazo

Me siento tan culpable por lo que hice y dije. Realmente la he cagado con Arizona y no sé si ella volverá a confiar en mi. Ahora me doy cuenta de lo estúpido que fue verme a escondidas con Erica.

Arizona no se merece esto.

Me acerqué al escritorio de mi padre donde los planos seguían. Los abrí temerosa y ahí vi todo, Arizona quería construir canchas de golf para todas las edades y comprar más caballos.

Abrí el segundo plano y ahí ví mi orfanato renovado, habían cuartos nuevos, un parque de juegos y hasta había hecho una biblioteca.

Me senté en la silla de mi padre intentando contener las lágrimas... Ella iba a sorprenderme y la cagué.

Pov Arizona
Salí de aquella habitación con mis ojos llenos de lágrimas y mis puños cerrados.

Escuché una voz detrás de mi, era Addison.

— Deberías dejar de molestar a Callie, ella no es un juguete— me estaba intentando regañar.

Llena de rabia me giré hacía ella.

— Y tu deberías meterte en tus putos problemas y si no tienes pues cómpratelos maldita sea! Deja de meterte en nuestras discusiones— grité y salí de ahí.

Llegué a casa y lo primero que hice fue colocarme un pijama, coloqué música triste y me senté en el sofá con una manta mientras lloraba.

Todos creían que era un monstruo, ¿Y si de verdad lo soy?

Esa pregunta rondaba mi cabeza sin parar. Quise hacer algo lindo por Callie y por los niños pero nunca era suficiente para nadie.

Yo nunca seré suficiente para nadie.

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