CAPÍTULO 14

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Desperté de muy, pero muy mal humor. Uno porque me vino mi periodo y dos porque gracias a ellos tenía mucha flojera ir al instituto. Pero tuve que hacer mi mayor esfuerzo de levantarme cuando vi mi alarma con el recordatorio que hoy es el cumpleaños de Camille. Por suerte, ayer avance con Neisan la decoración así que lo único que debía hacer era el pastel, ayer mamá vino con los ingredientes, tambien hable con Peter para que la traiga por la tarde.

Mírate, toda una organizadora profesional.

Con pereza me levantó de la cama, me aseo y me pongo alto cómodo, agarro mi mochila para bajar las escaleras, pero detengo el paso al ver a mamá en la cocina con una taza de café y periódico en mano.

—¿Buenos días? —me acerco, dejando mi mochila a un lado.

—Buenos días, cariño.

Agarro un tazón y me sirvo cereal con leche, tomo asiento en frente de ella, saco mi celular para ver mis redes sociales mientras como en silencio, le mandó un mensaje a Camille para que me pase los apuntes de una clase, aprieto los labios al saber que se molestara por eso, pero es parte de la sorpresa no saludarla.

—¿Cómo te va con Neisan? —la pregunta me tomo por sorpresa, levanto la mirada rápido haciendo caer mi celular sobre la mesa de golpe.

—¿Eh? Pues... —rasco la punta de mi nariz y miro hacia otro lado— bien.

—Bien mal o bien, bien —deja el periódico a un lado y apoya sus brazos en la mesa, mirándome fijamente.

—Ay pues, no sé, simplemente bien —vuelvo con mi cereal para evitar seguir hablando del tema.

—Okeeey.

Se levanta, llevándose consigo la taza, ruedo los ojos, hago lo mismo, pero antes volteo hacia ella de nuevo.

—Por cierto, ¿Por qué no estás en el trabajo?

—Tengo turno en la noche.

Mhm, se lo que significa, no vendrá a dormir, y la verdad odio pasar la noche sola en casa.

—¿Camille se puede quedar a dormir?

—Claro.

Está bien, ahora si no llegaba tarde, será un trabajo difícil no encontrarme con Camille, por suerte del destino hoy no compartíamos alguna clase, así supongo que la mayoría del día se la pasará con Peter.

Hago cálculos y ¡ay dios! La próxima semana tendremos exámenes, odio eso, me estreso demasiado y siento no tener tiempo para nada.

—Buenos días, Mowgli.

Me sobresalto al escucharlo cerca de mí, volteo a mirarlo, sonrió un poco y me acerco.

—Buenos días.

Se pone delante de mí, caminando de espaldas, esta vez no tiene su guitarra, pero como siempre lleva el cabello desordenado.

—Vi a Camille hace un rato, parecía molesta.

Pues claro, su mejor amiga no la saludo.

—Eh pues, probablemente no le haya dicho nada, pero seguro que se le pasa con la sorpresa -mis ojos se van detrás de él y se abren mucho al ver a Peter con Camille—. ¡Diablos!

Lo tomo del brazo y nos metemos al primer salón que encuentro, cierro la puerta de golpe apoyándome en ella, él me mira confundido, pero una sonrisa coqueta aparece en sus labios.

—¿Todo bien? —susurra cerca de mis labios.

Al percatarme que lo tengo acorralado contra la pared, me separo al instante asustada, en el acto choco con una de las carpetas y suelto un grito por ello.

Hasta el último deseo © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora