Epílogo
Lo único que podía sentir era los brazos de mamá y la mano de Camille junto a la mía, ni si quiera puedo recordar como había llegado a casa, ni cuando ella soltaba esas palabras que tendrían que ser reconfortantes, para mí, no lo eran.
Mis ojos no se despegaban del sepelio, la visión borrosa me impedía ver bien, pero al menos podía mantenerme de pie. Hace una hora, mamá decidió darme algunas pastillas, porque no me encontraba muy bien, no dije nada y solo las acepté.
No tan lejos de nosotros, se encontraban los padres de Neisan, su madre esta destrozada, no dejaba de llorar sobre el pecho del señor Hall, quien intentaba mantenerse fuerte para su mujer. Ben estaba al lado de ellos, tenía la cabeza baja y las manos metidas en sus bolsillos. Pude percatarme que algunas personas tambien estaban, yo simplemente ignoraba eso y apretaba la mano de Camille, necesitando ver a Neisan un momento más.
Respire hondo antes de acercarme, no despegue mi mirada al ataúd. Mordí mi labio inferior y cerré los ojos con fuerza. No podía ser cierto, Neisan no se había ido.
—Supongo que mi cerebro lo sabía, sabia como iba a terminar —sorbo mi nariz y limpio algunas lágrimas—. Pero no quise escuchar, porque mi corazón no quería aceptarlo.
Realmente necesitaba que alguien me diga que no era cierto, que todo era una maldita broma y que podía volver al hospital y verlo, con una sonrisa y su cabello desordenado.
Suspire y note que Camille me tomaba de la mano, la mire por un segundo, pero regrese al ataúd.
—Fue bonito coincidir contigo en está vida, Neisan —murmure.
No puedo creer que ya no lo volveré a ver, no podre acurrucarme en su pecho, mientras escuchaba el latir de su corazón, ni tampoco lo escuchare llamarme: chica torpe.
Sentí que jalaban de mí para retroceder, jadee al ver como poco a poco lo bajaban, intente acercarme otra vez, pero me detuvieron. Apreté mis labios, y cerré los ojos, no quería ver, no quería ser testigo de como se iba, de que finalmente la persona que más amo, se alejaba de mí. Me aferre a los brazos de la persona quien me sostenía, no era el calor de él, ya nada venia de él.
—No quiero que se vaya...
Camille murmuraba cosas en mi oído mientras acariciaba mi cabello, pero no era capaz de entenderlo, solo sentía que estaba cayendo en un vacío, en la que era muy difícil mantenerse de pie.
Con la manga de mi suéter limpie las lágrimas, y gire un poco mi cabeza, viendo a Benjamín aún de pie al frente del sepelio, un poco decidida, me separe lentamente de Camille y me acerque a él, pero me detuve cuando lo escuche murmurar la letra de una canción, mordí el interior de mi mejilla y me costo hasta que entendí que era de: The Nigths.
—Solíamos cantar esa canción —di un respingo cuando noté que él me miraba sobre su hombro—. Sabíamos que uno de nosotros dejaría este mundo y... y solo era cuestión de tiempo, pero siempre tuve la esperanza que solo yo lo hiciera y no él.
Bajé la mirada y cerré los ojos, aun recordando la voz de Neisan y como se sentía al escucharlo cantar.
—¿Qué paso? —pregunte en un murmuro.
Él volteo completamente, y pude verlo a los ojos, los tenía cansados y aún se notaba que estuve llorando.
—¿Sobre...? —frunció con suavidad su entrecejo.
—Ese día, que paso, él... él había estado bien, la última vez que lo fui a ver.
Ben se quedo callado por segundos, hasta que miro a otro lado y comenzó hablar:
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Hasta el último deseo © [✔️]
Romance"Porque hasta tu último deseo puede doler tanto como el primero." *** Alex es una chica despistada, torpe y amable. Lo que más le gusta hacer es andar en patineta, deja que el viento juegue con su cabello, pero siempre suele tener sus aterrizajes fo...