CAPÍTULO 19

3.6K 542 801
                                    


Vale quizá no debí subestimar a la semana de exámenes.

No puede creer que me haya quedado sentada aquí, mirando estas hojas ¡sin lograr nada! Bueno, tal vez si haya estudiado un poco, pero era agotador ya hace varios días que no veo a Neisan y si lo hago solo es menos de cinco minutos, porque cada uno tiene cosas por cumplir.

Esto es agotador.

Donde están los que dijeron que ser adolescente es estar en fiestas, salidas y diversión. Mentira. Sin embargo, no me quejo, estos meses fueron los mejores, pero simplemente odio estudiar, hoy daría mi último examen y ya. De hecho, tampoco veré a Neisan, él tiene que ir a un chequeo por lo que ya dio todos sus exámenes.

Mhm... ahora que lo pienso, ¿será un buen momento para que me cuente su aventura de como terminó en el hospital?

¡Si, chisme!

Pienso que sería inapropiado...

Inapropiado son tus pensamientos cada vez que estás con él.

¡conciencia!

Cubro mi rostro, sí, realmente no se me da bien estudiar en las mañanas, me termino mi pancito y voy a lavarme los dientes, suelto mi cabello ya que es incomodo tenerlo amarrado todo el rato, voy por mi mochila.

—A ver... llaves, celular, skate y ¡ajá! mi tarea.

Bajo las escaleras, tarareando una canción, estoy raramente feliz, quizá se deba a que es viernes al fin de hecho, los días se pasan rápido, no me sorprendería que es un parpadeo ya estemos septiembre. Salgo de casa junto a mi skate para ir a la escuela, está rutina no se repetirá en la universidad, es raro pensar que has estado tantos años estudiante para que solo falten meses en que me gradué.

Uy que vieja.

Cuando me voy acercando a mi casillero, sonrío al ver a Daniel, me acerco despacio y cuando estoy detrás de él toco sus hombros por sorpresa.

—¡Bu!

El pobre da un respingo ocasionando que tire algunas hojas, comienzo a reír y le ayudo a levantarlas.

—¡Alex!

Muerdo el interior de mi mejilla al notar que tiene las mejillas un poco rosa, me levanto y le extiendo lo que se cayó.

—Eres muy fácil de asustar —le toco la mejilla con un dedo y él se aleja.

—No es gracioso —murmura y cierra su casillero.

—Vale lo siento, ¿Cómo te ha ido?

Apoyo mi hombro en los casilleros y lo miro, apega sus cuadernos a su pecho evitando mi mirada. Es una cosita tan linda.

—B-bien, supongo, tampoco que me haya ido tan mal, pero tampoco tan bien, digo lo normal si calculamos, pero tampoco un 100% de hecho un 60% pero lo puedo dejar a un 70.5%

Parpadeo varias veces pasmada, ay es un cerebrito, de seguro me acaba de decir la formula de Pitágoras y yo sin haberlo captado.

—Eh... vale, lo entiendo, si tambien me paso la primera vez.

Levanta la mirada de golpe y se acerca a mí, mira a todos lados y al fin habla:

—¿Sí? Yo creo que todos me miran rarito, d-digo no lo soy, pero se siente raro, la otra vez se me acerco alguien y me rompió mi manga que estaba leyendo —baja la mirada—. Me tuve que comprar otro.

¿Manga...?

Pongo mi mano sobre su cabello y lo revuelvo.

—No te preocupes, aquí puede haber algunos abusivos, pero nada que una patada en las bolas solucione —sonrío.

Hasta el último deseo © [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora