La visión

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Las semanas pasaron rápidamente acercando fin de curso y con el los exámenes, el estrés y los nervios se hacían presente todos los días, la biblioteca se llenaba más que en cualquier época del año y la mayoría de los alumnos permanecían en sus salas comunes o en el Gran Comedor estudiando.

- ¿Sev me prestas tus apuntes? - Pregunto la pelirroja parándose entre Severus y yo mientras caminábamos

- Si, ten - Contesto el pelinegro entregándole un par de libros, rodé los ojos

- Gracias - Dijo ella caminando en dirección contraria a la nuestra

- Lo que hace el amor - Hablé mirando hacia el frente

- ¿De que hablas? - Pregunto mi acompañante

- En un principio estudiaba contigo, ahora hace que le hagas todo - Mire al chico- Se está aprovechando de ti Severus - Concluí

- Solo le doy una ayuda, está siendo difícil para ella - Excuso a la pelirroja

- Si realmente la estuvieras ayudando estudiarían juntos y no solo te copiaría los apuntes y deberes - Conteste

Llegamos a la biblioteca, el chico entro pero paro unos pasos después de entrar mirándome

- ¿No vas a entrar? - Preguntó

- Que lo linda de Lily no te ciegue Severus - Mire al chico - Pasaste de ser su amigo a ser su máquina de hacerle los deberes, no te dejes persuadir - Termine de decirlo y me fuí.
Caminé por los pasillos hasta llegar a mi sala común, estaban los chicos charlando animadamente sobre una futura borma mientras Remus estudiaba y Lily junto con Alice copiaban de los libros de Severus, aproveché que ninguno se percató de mi presencia y seguí de largo hasta la habitación, deje mis libros sobre la mesa, me quite la capa y me tire sobre la cama mirando hacia arriba

- ¿Que te pasa por la cabeza Severus? - Pregunté - ¿Cómo no te das cuenta? - Las preguntas invadieron mi mente, me preocupaba que la estabilidad del pelinegro dependiera tanto de Lily, ambos son mis amigos, pero es muy obvio que la pelirroja últimamente solo le habla para pedirle trabajos ¿Cómo puede ser tan inteligente y no darse cuenta de algo tan obvio?.
Sacudí mi cabeza, tenía que dejar de pensar en él, no era mi problema después de todo, me quite los lentes y los dejé con cuidado sobre la mesa junto con los libros. Caí rendida en los brazos de morfeo.

De repente estaba en dónde parecía ser, una habitación del Ministerio, estaba caminando por la oscura habitación, una mujer estaba atada a una silla intentando escapar

- ¿Pero qué...? - Intente moverme pero no tenía control sobre mi cuerpo, de la nada golpeé a la mujer, ella suplico que la dejara, intente detenerme pero no podía, la mano con la cuál le había golpeado le quitó la máscara que tenía dejando ver su rostro, era mamá

- ¡Mamá! - Exclamé, pero parecía no escucharme

- Iré a por ti Julieta, será mejor que tengas cuidado - Siseó, esa voz, esa maldita voz, no podía ser nadie más que el mismo Voldemort

Desperté exaltada y sudando, rápidamente tome mis lentes y baje corriendo a toda prisa, los chicos preguntaban que sucedía pero no me detuve, corrí lo más rápido que podía por los pasillos del castillo

- Tarta de frambuesa - Hablé frente a la gárgola con dificultad, en cuanto me permitió pase rápidamente, toque con un poco de desesperación la puerta

- Adelante - Entre lo más rápido que pude

- ¡Profesor! - Exclamé en cuanto entre

- Julieta ¿Que sucede? - Pregunto viéndome preocupado

𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora