Reencuentros

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- Solo vine porque Dumbledore me lo pidió - contesté sin mirarlo

- Te ví con Hagrid y ese niño ¿Es un Weasley? - preguntó

- Así es, Charlie - contesté nuevamente cortante y sin mirarlo

Él suspiró y empezó a caminar con lentitud por el lugar, podía sentir el pequeño taco de sus zapatos golpeando el suelo de madera.

- Este lugar... ¿Te trae tantos recuerdos como a mí? - preguntó

Me di media vuelta para verlo.

- Creo que es obvio que no puedo evitar recordar lo que sucedió - contesté

- ¿Aún lo tienes?

- Siempre lo llevo conmigo

Se acercó a mi, cuando estaba a pocos pasos, llevo su mano al cuello de su saco y de adentro de este saco ese pequeño dije azul con forma de la mitad de un corazón.

Con lentitud, tomo la pequeña cadena que lograba verse al final de mi cuello y tiró con cuidado de ella hasta que se vio un dije igual pero de color rojo.

Sus manos se posaron sobre las viejas tablas de madera a mis costados, acorralando mi cuerpo con el suyo, con su rostro demasiado cerca y sus ojos puestos en mis labios.

Sabía lo que venía a continuación, pero solo dejé que lo hiciera, en el momento que me miró en busca de aprobación solo asentí.

Y en ese momento, con una lentitud agonizante, unió sus labios con los míos, haciéndome sentir esa carga de electricidad recorriendo mi espalda, llevando a mis manos el impulso de tomar su rostro.

En cuanto se separó, nuevamente esas pequeñas mitades de un corazón, estaban unidas aferrándose la una a la otra por esa atracción que no podían evitar tener al estar cerca.

Algo no tan diferente a los poseedores de esas joyas.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y solo me abrazó durante un largo rato.

...

Hablé con Dumbledore, solamente me pidió que lo mantuviera al tanto si me enteraba de algo en el ministerio.

Al volver a la cabaña Charlie dormía tranquilamente junto con Fang.

- Estuvieron jugando un rato hasta que el niño cayó profundamente dormido - informo Hagrid

- Gracias por recibirnos Hagrid, algún día pasaré a visitarte de nuevo

El semigigante sonrió

- Estaré esperándote entonces Julieta

Luego de despedirnos, tome con cuidado a Charlie y sin despertarlo, camine hasta afuera de los terrenos de Hogwarts para aparecer en su casa.

Se lo entregué a Arthur quien lo llevo a su habitación

- ¿Se portó bien? - preguntó Molly

- Excelente, estaba muy contento y se llevaron muy bien con Hagrid - contesté, ella asintió

- Gracias por hacer esto, Charlie no paraba de hablar sobre dragones y que iba a conocer uno contigo

- No tiene nada que agradecer Molly, fue un gusto

Me dió un abrazo como despedida y volví a casa.

...

En casa, Alastor estaba durmiendo con sus ronquidos en volumen al máximo, de ventanas abiertas y luces encendidas.

Está vez le tuve piedad y solamente cerré las ventanas por cuenta propia y antes de volver a salir, apague las luces.

Fuí a ese viejo barrio, un tanto deprimente, solo a vagar por aquel pequeño parque, si es que se le podía llamar así.

Me senté bajo aquel árbol tan viejo como todo a su alrededor rescostandome en él para mirar las estrellas.

En pocos minutos se escucharon unos pasos acercándose, no me moví, sabía perfectamente de quién provenían.

Cuando esa figura alta se paró frente a mi, toque un par de veces el suelo a mi lado para que se sentara a mi lado.
Así lo hizo, pasando su brazo por encima de mis hombros. Mantenía su vista en el cielo, dejándome nuevamente poder ver lo bonito que se ve su rostro cuando las estrellas se ven reflejadas en sus ojos.

Sentí como beso mi mejilla, giré mi rostro para verlo, estaba sonriendo, besé sus labios y me abrazó con fuerza.

Pasamos así un largo rato, disfrutando de la compañía del otro, sin que nadie nos moleste, sin que nadie opine.

Antes de que empezará a amanecer, Snape volvió a Hogwarts y yo a mi casa. No sin antes despedirnos con un beso.

...

Los días siguientes fueron tranquilos, no eran muy diferentes, ayudaba a James y Lily con Harry, los dejaba dormir mientras que yo sacaba a mi escandaloso sobrino a pasear. Algunos días iba a la mansión para cuidar de Draco aunque esté casi siempre estaba con Severus, aunque tuviera poca paciencia, el pelinegro se tomaba bastante tiempo para cuidar de su ahijado. Y por último pero no menos importante, también se había hecho costumbre ir algunos días a la casa de los Weasley para jugar con Charlie y Bill, les gustaba que les enseñará cosas de magos aunque aún les quedaba un tiempo para entrar en Hogwarts.

También obviamente, nunca dejaba atrás mi trabajo, tomaba el turno de la madrugada, era uno de los más peligrosos, a los mortífagos más destructivos les gusta hacer escándalo a esas horas asustando a brujas y magos en todos lados pero con un compañero como Moody, muy pocos se iban ilesos.

Mi relación con Snape iba avanzando de a poco, cada vez que iba a la mansión de los Malfoy le sacamos provecho para estar un rato juntos mientras cuidamos de Draco y si había tiempo, los fines de semana nos veíamos en algún lado, nadie sabe que nuevamente estamos saliendo, ni nosotros lo llamamos así, solo nos vemos cuando podemos para disfrutar un rato juntos, de momento ni Narcissa se dió cuenta y es mejor, estamos bien así.


































































Holaaaa :)

Quería informarles que no tengo pensado extender mucho más esta historia, pero hay dos opciones.

1. Llegar hasta la muerte de James y Lily y hacer otra historia siguiendo lo que pasa en los libros

2. Simplemente terminarla luego de la muerte de los Potter como un final alterno dónde Julieta se quede con Harry y Voldemort no vuelva nunca más.

𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora