𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))

𝑵𝒐 𝐭𝐞 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫

Luego de ese enfrentamiento a mi hermano y sus amigos las cosas volvieron a la normalidad, el día fue bastante largo, estaba en la biblioteca terminando unos deberes cuando una voz muy conocida llamo mi atención.

- Hola - saludó cerca de mi dejando un beso en mi frente

- Hola - intenté sonreír, estaba cansada

- ¿Cómo está mi enana favorita? - preguntó Remus, si, nos hicimos muy buenos amigos en todo este tiempo

- Estoy bien - lo ví sentarse a mi lado - ¿Cómo estás tú? - pregunté viendo que estaba igual o más cansado que yo

- Estoy bien - contesté para luego bostezar

- Estás cansado - comenté para luego tocar su frente - Y estás hirviendo, deberías ir a la enfermería - lo mire preocupada

- Tranquila estoy bien - me miró con una sonrisa, su rostro reflejaba cansancio

- Vamos, será mejor que duermas un rato - me levanté junto a el, pasó su brazo sobre mis hombros y fuimos todo el camino empujándonos entre risas. Pasamos por el pequeño pasillo hasta nuestra sala común

- Ve a dormir, si mañana no mejoras te llevaré a la enfermería - me separé de él para verlo, este rodó los ojos

- Cuando mucho es una pequeña fiebre, no tienes que preocuparte tanto - intentó restarle importancia al asunto

- Es la tercera vez en el mes Remus - solté preocupada

- Coincidencia - contestó sin importancia empezando a subir las escaleras - Que descanses - me miro con una sonrisa

- Igual tu - Le devolví la sonrisa y lo ví subir las escaleras, me senté frente a la chimenea con un libro en manos, empecé a leerlo, era sobre criaturas mágicas, estuve un par de horas así, hasta que todo se volvió negro.

Desperté recostada sobre el sillón tapada con una sábana, me senté lentamente y mire por la ventana, aún era de noche, de repente sentí unos pasos desde la puerta, me asusté y saque mi varita, la figura de un Remus demasiado cansado y con nuevos cortes se dejaba ver por la tenue luz de la chimenea

- ¡Remus! - exclamé en susurro para no despertar a nadie - ¿¡Que sucedió!? - pregunté preocupada intentando acercarme

- Julieta... - paró en seco totalmente petrificado cuando reparó en mi presencia

- ¿R-Remus? - su mirada perdida me tenía preocupada

- Y-Yo.... - suspiro - Salí a dar una vuelta nocturna y cai entre unos arbustos

- Se que mientes, tu mandíbula se tensa y te da un tic nervioso en los dedos - dije señalando su mano, este suspiro

- Julieta yo... - intentó hablar

- No más mentiras Remus Jhon Lupin - lo mire enojada, tomo aire

- Julietaesquesoyunlicantropo - soltó rápido y luego bajo su mirada

- Lo suponía - dije acercándome a él, me miró sorprendido

- ¿Pero co... - quiso preguntar

- No solo te da gripe cada luna llena si no que también siempre apareces con nuevos cortes o mucho dolor en el cuerpo, no fue muy difícil sacar la conclusión - respondí rápidamente

- ¿No me odias?¿No crees que soy un mounstro peligroso? - preguntó con cierto dolor en su voz, lo mire enojada

- No seas tonto Remus - me acerqué a él y tome sus manos- Dije que soy tu amiga, no te voy a criticar ni odiar por algo tan tonto - hablé mirando sus ojos azules, el sonrió