Es peligroso

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Me levanté bastante temprano, me di un baño rápido, me puse un pantalón gris, una camisa blanca, zapatos negros y mi suéter violeta.
Bajé a la biblioteca con total tranquilidad, tome un libro y me senté a leer tranquilamente.

Aproximadamente luego de una hora los alumnos se hacían presentes en el lugar indicando que la hora de levantarse estaba cerca, deje el libro en su lugar y salí, caminé directo al campo de quidditch, entre a las gradas, me acerque al chico alto, de cabellos castaños despeinados por el viento y suéter rojo, le abracé por la espalda recostando mi frente sobre su espalda.

- ¿Cómo sabías que estaba aquí? - preguntó poniendo sus manos sobre las mías

- James me escribió en una carta que desde que me fui vienes muy seguido aquí - contesté

- Me recuerda a ti, aún recuerdo tu primer partido - dijo dándose vuelta para verme

- ¿Estas bien Mooney? - su rostro estaba más serio de lo normal

- ¿Algún día me dejaras solo? - preguntó

- Nunca - le dedique una sonrisa acariciando su mejilla - No me gusta saber que en unos días tendré que irme de nuevo, no me gusta estar lejos de mi mejor amigo, sentí mucho tu ausencia estando en Ilvermony, pero prometo que cuando terminemos nuestro ciclo de estudio vamos a recompensar todo el tiempo perdido - asegure con una sonrisa

- Se que así será - contestó el devolviendo la sonrisa

Volvimos al castillo, fuimos dónde el cáliz de fuego.

- No creo que sea buena idea - comento Remus

- No seas aguafiestas Lunático, será divertido - contesto Canuto

- No perdemos nada con intentarlo - agregó James

Los dos chicos y yo pasamos la barrera de la edad y dejamos un pedazo de pergamino con nuestros nombres en el cáliz.

- Julieta, es peligroso - dijo Mooney en un tono entre preocupación y regaño

- Ya deje mi nombre, no hay vuelta atrás - contesté con una sonrisa

Charlamos un rato más, los chicos tenían que ir a clases por lo que decidí ir a cambiarme para correr un rato.
Volví a nuestra habitación, me cambié a una ropa cómoda, me puse en la pierna mi porta varita y salí al campo de quidditch para entrenar, al llegar Moody ya estaba en el lugar.

- ¿Me espías o algo así? - pregunté llegando a su lado

- ¿Tengo que recordarte que me mandaron cuidarte? - preguntó con cierto tono sarcástico

- ¿Ahora cuidar es sinónimo de espiar? - contrarreste mientras me cruzaba de brazos

- No cuestiones mi trabajo - ordenó, reí

- Si claro ¿Ya lograste atrapar a Dolohov? - pregunté divertida, me miró enojado - Eso supuse

- ¡Flipendo! - exclamó sacando su varita rápidamente, me tire al suelo esquivando el hechizo

- ¡Fluctus! - una onda de energía empujó al rubio haciendo que caiga sentado - Buen intento - comenté divertida mientras me levantaba, rodó los ojos

- Suerte de principiante - contesto él parándose también

- ¿Principiante? Hace años que me entrenas, si sigo siendo principiante déjame decirte que no eres muy bueno - sacudí mi ropa

- Dejaras de ser principiante cuando estés en un duelo real - lo mire levantando una ceja

- ¿Si te acuerdas de que me prohibieron salir a misiones contigo luego de que casi te matan verdad? - pregunté

𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora