𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))

Ven aquí

Llegamos a Ilvermony por la noche, espere a que todos bajarán para luego salir yo, me pare en la puerta soltando un sonoro suspiro y caminé hasta la entrada.

Dejé mis cosas en mi cuarto, me puse mi pijama, cuando las chicas se durmieron salí hasta la habitación principal, Alastor estaba sentado allí con un vaso en mano mirando la chimenea, caminé hasta él sentándome a su lado.

- Hola - saludé

- ¿Cómo va todo? - preguntó con la mirada perdida

- Supongo que después de todo, de la mejor manera que podría ir - contesté abrazando mis piernas

- ¿Cómo te fue con Severus? - preguntó

- Se lo tomo bien, creo - contesté

- Eso es bueno, de todos modos solo son un par de meses - comentó mirándome por primera vez en la noche

- ¿Te sucede algo? - pregunté

- No ¿Por qué?

- Estás distraído, no sé, como raro - contesté, el chico suspiro

- Supongo que te dijeron por que no estuve en Hogwarts hoy temprano - asentí - Me llamaron porque mi compañero murió en manos de unos mortifagos, entre ellos Antonin Dolohov, Lucius Malfoy y Thorfinn Rowle

- Lamento mucho escuchar eso Alastor

- No te preocupes, tienes tus propios problemas

- Pero eres mi amigo y quiero ayudarte

- Ya murió, no hay más nada que hacer - sus ojos se aguaron

- Ven aquí - dije extendiendo mis brazos hacia él

Un poco dudoso se acercó, lo rodeé con mi brazos, apoyo su cabeza sobre mi pecho y empecé a acariciar su cabello

- Fue mi culpa, si hubiera estado con él probablemente estaría vivo - comento entre sollozos

- No es tu culpa, nada asegura que solo por estar ahí el habría vivido - contesté

- Podríamos haber hecho un mejor trabajo juntos

- Podrías haber muerto también

- Sería lo de menos, por lo menos me iría con mi amigo, aquí no le haría falta a nadie

- A mi si Alastor

- ¿En serio? - preguntó levantando un poco su cabeza para verme, su rostro estaba lleno de lágrimas

- Claro que si, te lo dije antes, te tome cariño en estos años, te volviste parte de mi familia, fuiste el único que estuvo conmigo durante estos últimos años y quiero llegar a trabajar oficialmente contigo - contesté

- Y así será - dijo él

Volvió a recostarse sobre mi pecho, sentí como pequeños sollozos salían de su boca, seguía llorando, lo abracé con fuerza y acaricie lentamente su espalda.

- Hola - saludo en un susurro Agilbert

- Hola - contesté en el mismo tono

- Supongo que ya te contó lo que sucedió - dijo acomodándose en un sillón frente a nosotros

- Si, cuando logré que se calmara se durmió - contesté

- Es un tipo muy solitario, me alegra saber que tiene en quien apoyarse - comentó

- Él fue mi apoyo durante años, quiero ser el suyo ahora

- Si fueras más rubia podría decir que son como padre e hija