𝐂𝐚𝐥𝐥𝐞𝐣𝐨́𝐧 𝐃𝐢𝐚𝐠𝐨𝐧

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Luego de varias semanas intentando asimilar que realmente iríamos a Hogwarts, nuestros padres decidieron llevarnos a comprar todos los materiales necesarios. Fuimos directo a Gringotts, querían sacar dinero para comprar las cosas y ya de paso enseñarnos cómo era sacar dinero de ese lugar que se veía tan raro y terrorífico con todos esos duendes con cara de pocos amigos.
Mis padres se acercaron a uno que estaba al final del largo pasillo y con toda la amabilidad posible le hablaron.

- Buenas tardes, queremos retirar dinero de nuestra bóveda - Dijo mi padre muy sereno

- ¿Tienen la llave? - Pregunto el duende de la manera más cortante y sería que pudo

Mi madre asintió, entonces el duende rápidamente nos guió hacia una puerta un tanto extraña. Nos hizo subir a una clase de vagón dónde nos guió a través de una cueva rara con muchas puertas. Sin previo aviso frenó, mis padres se mantuvieron impecables en sus lugares, mientras yo apretando un poco los dientes logré mantenerme estable sobre mi asiento y mi hermano bueno....tuvo un poco más de problemas que yo para mantenerse y terminó...dándose contra el piso, mordí mi labio intentando no reír para luego ayudarlo a pararse.

-¿Estás bien James? - pregunté aún haciendo esfuerzos para no reír

- Si, solo me agarró desprevenido - contestó levantándose mientras se tocaba la frente

Ante todo esto nuestros padres ya se estaban bajando junto aquel hombre de baja estatura y aspecto raro. Mi madre le entrego la llave y el duende se dedicó a abrir la puerta de aquella bóveda dejando ver algunas pequeñas montañas de dinero reluciente.

-¿Todo esto es nuestro mamá? - Pregunto James bastante asombrado a lo que yo solo me límite a mirar a nuestra madre esperando una respuesta

- Así es niños, gran parte es de la herencia y el resto es de nuestro trabajo - Explico con una leve sonrisa, dicho esto se adentro en la bóveda junto con nuestro padre y sacaron el dinero que necesitaban.

Luego de salir de aquel lugar, fuimos directo a 𝐅𝐥𝐨𝐮𝐫𝐢𝐬𝐡 & 𝐁𝐥𝐨𝐭𝐭𝐬 una librería realmente grande, con miles de libros por todos lados, empezamos a buscar los libros solicitados aunque en la marcha logré llevarme unos cuantos más para leer en mis tiempos libres, si me encanta leer y no quiero desaprovechar la oportunidad de aprender más cosas sobre el mundo mágico cuanto antes. La librería se estaba empezando a llenar pero por suerte solo nos quedaba un libro por conseguir, rápidamente lo buscamos y salimos de ahí.
El siguiente destino fue uno de mis más ansiados, 𝓞𝓵𝓵𝓲𝓿𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻'𝓼, caminaba ansiosa de la mano de mi padre hasta que pare en seco mirando una tienda que llamo mi atención 𝘈𝘳𝘵𝘪𝘤𝘶𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘘𝘶𝘪𝘥𝘥𝘪𝘵𝘤𝘩, escuché muchas veces sobre dicho deporte, la verdad me emocionaba mucho la idea de subirme a una escoba y este deporte le agregaba más emoción aún, mi padre noto enseguida a dónde iba dirigida mi atención y me tocó el hombro.

- ¿Te interesa el Quidditch? - Pregunto mientras me miraba con una sonrisa.

- Quiero intentar practicarlo, suena muy interesante y emocionante - dije esta vez girando mi cabeza para ver a papá.

- Parece que tenemos una pequeña amante de la aventura y de lo emocionante, ya verás que te va a encantar - Dijo desordenado un poco mi cabello a lo que reí.

- Ya lo creo papá - apenas termine de decir esto escuchamos una voces que nos llamaban, eran James y mamá parados frente a la tienda de Ollivander's.

En la puerta de la tienda mire a mi hermano ansiosa, aún no podía creer que estábamos frente a la historica tienda de Ollivander's para comprar nuestra varita.

- ¿Lista hermana? - Pregunto James mirándome con una sonrisa.

- Lista Jay - Dije tomando su mano, entramos lentamente con nuestros padres detrás de nosotros. La tienda tenía unas escasas velas dando luz en los pasillos más oscuros mientras le dejaba toda la entrada a las ventanas, miramos con atención la cantidad de varitas que habían ahí, hasta que un señor con muchas canas y ropa oscura interrumpió nuestros pensamientos apareciendo frente a nosotros montado sobre una escalera.

- ¡Pero miren a quienes tenemos aquí! - Exclamó el hombre con una sonrisa acercándose al mostrador, James y yo nos miramos un poco extrañados.

- ¡Si son los jóvenes Potter! Pensé que aún les faltaban un par de años para venir por aquí - Dijo mirándonos a ambos, solo nos dedicamos a sonreírle hasta que reparó en la presencia de nuestros padres

- Y aquí tenemos a la joven pareja - Los miro con una sonrisa - Se siente como si hubiera sido ayer que estuvieron aquí buscando su primer varita - volvió a mirarnos

- No cabe dudas que los pequeños son sus hijos, tienen mucho de ustedes- Sonreímos ampliamente ante el comentario, siempre nos gustó que comentaran que nos parecemos a nuestros padres.

- ¡Bien! - Exclamó de repente haciéndonos pegar un pequeño salto, enseguida salió a paso apresurado buscando algo entre las miles de cajas que tenía sobre aquellos estantes.

- Madera de Olmo, núcleo de pelo de cola de unicornio, 25 centímetros y flexible - dice sacando una varita de aquella caja y dejándola en manos de mié hermano. Este la tomo temeroso y miro al hombre sin saber que hacer.

- Adelante ¡Agitela! - Dijo emocionado a lo que mi hermano un poco temeroso la agitó, rodeándolo de unos polvos dorados y un viento que hizo que su ropa se elevará un poco. El hombre sonrió y volvió a buscar entre todas aquellas cajas. Unos segundos después saco otra y se dirijo a mi.

- Madera de Abeto, núcleo de corazón de dragón, 27 centímetros, rígida - dijo dejando la varita esta vez en mis manos, temerosa la agarre y la agite, montones de papeles volaron y algunas cajas terminaron en el suelo, bastante asustada y apenada volví a dejar la varita sobre el mostrador.

- Lo siento - Dije apenada mirando al hombre, este me dedico una sonrisa.

- Oh no te preocupes pequeña, tu padre casi hace explotar mi tienda el día que vino - Mire a mi padre que ahora tenía un leve tono rojizo sobre sus mejillas que se dedicaba a mirar al suelo mientras nuestra madre reía levemente por lo bajo. Los rápidos y repentinos movimientos de Ollivander me hicieron volver mi vista a el que un poco temeroso esta vez, volvía a dejar una varita sobre mis manos, lo mire para luego volver a agitarla, esta vez me pasó lo mismo que a James.

- Interesante - Dijo el hombre mirándome una poco asombrado.

- Disculpe señor, pero, ¿Que es lo interesante? - Interrogó rápidamente James

- Madera de Vid, Núcleo de corazón de dragón, 25 centímetros, poco flexible - Dijo un poco ido, James y yo nos miramos un poco asustados sin entender a que se refería aquel hombre.

- Hay pocas varitas cómo está, normalmente la gente con varitas de madera de Vid tienen futuros muy buenos y están destinados a la grandeza, felicitaciones señorita Potter, tiene probablemente una de mis mejores varitas en sus manos - mire la varita un poco sorprendida luego de lo que dijo aquel hombre, me dedique a agradecerle y salimos de allí.
Pasamos el día entre tiendas y tiendas, teníamos que comprar las cosas pero como teníamos tiempo nuestros padres se permitían parar en varias tiendas donde vendían golosinas y helados para poder descansar, íbamos muy tranquilos hasta que nuevamente mi atención se vio fijada en una tienda.




































𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora