¡¡Julieta!!

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6:45 de la mañana

- ¡Hace 20 minutos que te estoy esperando! - se quejo el rubio

- Voy, voy - contesté saliendo sin ánimos de la habitación

- Al fin ¿Tanto tiempo para eso? - pregunto viéndome de arriba hacia abajo con una ceja alzada

- ¿Si te viste en el espejo? - contraataque

- Obvio que me ví, soy hermoso - contesto

- ¿No quieres mis lentes? - pregunté con diversión

Me acerque a la cocina para servirme un vaso con agua y en cuanto intente moverme el muy animal mordió mi oreja

- ¡Auch! - me quejé dándole un golpe en el hombro

Ahora él se estaba riendo de mí

- Ya vámonos - ordenó retomando su postura 'seria'

Rodé los ojos y salimos de la casa.

Estuvimos trotando a los alrededores del lugar y terminamos batiendonos en duelo para estar un poco más despiertos.

- ¿Estás bien? - pregunté extendiendo mi mano para ayudarle a levantarse

- Si, solo espero que uses esa fuerza más tarde - contesto aceptando mi ayuda

- Lo siento, no me di cuenta que iba tan fuerte - me disculpé mostrándole una sonrisa inocente

- Lo que tú digas - contesto negando

- Oh vamos, no te enojes - pedí con diversión

- No estoy enojado - contesto, pero era evidente que si

Volvimos a casa y le prepare una de sus comidas favoritas mientras se daba una ducha, cuando estaba sirviendo la comida salió con ropa holgada, el cabello mojado y la toalla sobre el cuello. Quizá muchas chicas a estas alturas estarían soltando suspiros por el rubio, pero yo solo podía reírme comparando su pelo con fideos y su atuendo con el de algún vagabundo.

- ¿Que es tan gracioso? - pregunto mirando detrás de si

- Nada, ven a comer - contesté intentando dejar de lado mi comparación

- ¿No vas a comer? - pregunto viendo que solo estaba su plato

- No tengo hambre, iré a bañarme y prepararme para más tarde - contesté

- Julieta.. - me llamó con tono de reproche

- Solo no tengo hambre, más tarde comeré algo - repetí y entre a la habitación para no tener que escuchar sus sermones

Como había dicho, me di un baño; estaba parada frente al espejo cepillando mis dientes cuando mi atención se fijó en el reflejo de esa marca, esa maldita cicatriz que era el recordatorio de el peligro constante en el que vivía, limpie mi boca y pase mi mano por esa zona hasta terminar en el pequeño dije de un corazón a la mitad, otra cosa que quizá también había condenado mi vida, pero que no me animaba a soltar, no tenía el valor para deshacerme de él, supongo que es porque en el fondo aún quiero a Severus y esto es lo último que me queda de él y todo el cariño que dijo tenerme algún día; supongo que aún tengo la esperanza que no sea la única que conserva su parte del collar.

Suspiré con pesadez, esos recuerdos me habían quitado los pocos ánimos que me quedaban, termine de cambiarme poniéndome una camisa abrochando cada uno de los botones intentando ignorar la presencia tanto de la cicatriz como del collar.

Salí aún acomodando un poco mi ropa, Alastor me extendió mi chaqueta y el porta varita, los acepte con una sonrisa forzada y me los puse.

- ¿Sucede algo? - pregunto mientras se preparaba también

𝐌𝐢 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐦𝐞𝐬𝐭𝐢𝐳𝐨 ((𝑺𝒆𝒗𝒆𝒓𝒖𝒔 𝑺𝒏𝒂𝒑𝒆))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora