Capítulo 7

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El sonido de una máquina hizo que abriera los ojos de golpe. La sala de enfermería comenzaba a visualizarse en mi vista.

¿Había sido todo un sueño o me habían encontrado junto al cadáver de Stefani?

-Menos mal que ya has despertado.-dijo Eva nada más entrar por la puerta.-Nos tenias preocupadas.

-¡Aléjate!-le grite mientras le señalaba con mi dedo índice de mi mano derecha.-Aléjate.-susurré, esta vez, con poca fuerza.

-No, no, esta todo bien.-Eva intentó acercarse, a lo que yo me levanté de la camilla y comencé a alejarme.

-No quiero que nos hagamos daño.-le volví a señalar, esta vez, temblando.-Esto debe de ser un maldito sueño.-susurre mientras caía rendida al suelo.

-Chloe.-Eva me llamo.-Abre los ojos, preciosa.-sus manos se colocaron en mis mejillas.-No es ningún sueño.-su afirmación provocó que abriera los ojos.-Ni ninguna pesadilla. Te lo prometo.

-Y_yo.-empecé a hablar sin saber qué decir.

-Tranquila. Es normal que estés confusa.-me ayudo a levantarme y a sentarme en la camilla.

-¿Qu_qué ha pasado?-pregunté ya sentada.

-Anna.-sentenció mientras quitaba una sabana del techo, permitiéndome verla tumbada en otra camilla, con los ojos cerrados.-Sus poderes.

-¿Poderes?-pregunté confusa.

-Es capaz de meterse en tu cabeza y provocar tus peores miedos.-contestó mientras se sentaba en la camilla, a mi lado.-¿Qué ha pasado?

-Sarah me mataba, yo mataba a Stefani y tu no estabas para ayudarme.-intenté recordar.-Demasiadas pesadillas a la vez.

-Siento oír eso.-cogió mi mano con fuerza.-Pero no era real, tan solo fueron pesadillas, tranquila.

-Unas pesadillas demasiado reales.-sentencie cerrando los ojos.-No sabía que ese poder podía existir.

-No es muy común que digamos.-acarició mi mejilla con cuidado.

-Esa chica tiene demasiado poder.-Eva asintió con la cabeza.

-Nunca había visto nada igual, solo en libros. Se creía una leyenda.-sus brazos se colocaron en mi cuerpo, atrayéndome aún más a ella, como si eso fuera posible.-Estás temblando.-pegó sus labios a mi frente.

-¿Segura que no es otra pesadilla?-le pregunté con temor mirándole directamente a los ojos, estos no estaban completamente negros y por lo que pude ver, los míos tampoco.

-Te lo prometo.-volvió a darme otro beso en la frente.

-¿Quien nos ha encontrado?-pregunte sin separarme.

-Luca llegó corriendo hasta el despacho de Sarah, menos mal que estábamos las tres en el.-comenzó a relatar.-Dijo que te habías metido al bosque por Anna y que aún no habías vuelto. Se veía bastante preocupado. Así que nos metimos en el bosque en tu búsqueda, te encontramos tirada en el suelo justo a Anna. Sus ojos aun seguían abiertos y negros, pero no reaccionaba. Así fue como descubrí lo que era.

-Fantástica historia.-comencé a reírme.

-Cariño, lo que no te pasa a ti no le pasa a nadie.-ella también comenzó a reírse.

-¿Cómo has logrado que parara de estar en mi mente?-pregunte aun mas confusa.

-Oh.-sacó una especie de bote con un líquido transparente de su bolsillo.-Con esta delicatessen.

-¿Qué es?-le pregunté tomando el bote de sus manos.

-Saliva de rana, un poco de tomillo y algo de tu sangre.-dijo como si nada.

-Iugg.-se lo devolví enseguida.

-Oye.-se quejó indignada.-Que no es para tanto.-le miré con los ojos bien abiertos por lo que acababa de decir.-No quieras saber lo que hay en mi despacho.

-No, gracias.-mire hacia Anna, se veía tan inofensiva, bueno pues de inofensiva tenía lo mismo que yo de humana.-¿Dónde están?-pregunté refiriéndome a Sarah y Stefani.

-Buscando a los padres de Anna por no decirnos lo poderosa que era su hija.-se levantó de la camilla.-¿Vienes?-instintivamente mis ojos cayeron en Anna.-Estará bien, hasta dentro de unas horas no despertará.

-De acuerdo.-le dije no muy convencida mientras le seguía ya fuera de la sala.-¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?

-Unas siete horas desde que te encontramos, así que súmale alguna que otra más.-le restó importancia.-Como siempre, eres difícil de encontrar.-posó su brazo izquierdo por mis brazos.

-Los alumnos_.-comencé a decir, pero me interrumpió de inmediato.

-Los alumnos están cenando, les hemos tranquilizado.-se acercó aún más a mi.-Se veían bastante afectados por lo que te había pasado.

-Lo se, me adoran.-le dije con superioridad.

-Si.-dijo con recelo.-Y a mi me odian cada día más por tu culpa.

-A no no.-me quejé mirándole a los ojos.-No digas como si no te gustara, el otro día admitiste que te encanta que te tengan miedo.

-No te voy a mentir.-dijo justo llegando al despacho de Sarah.-Usted primero, señorita Allen.-hizo el amago de que yo pasara antes que ella.

-Idiota.-susurre para que no me escuchara, eso era imposible. Llamé dos veces antes de entrar, no espere una respuesta y abrí la puerta, encontrándome a Stefani y Sarah bastante apuradas, con sus teléfonos.-¿Me echaron de menos?-nada más decirlo, las dos voltearon hacia a mi, tirando sus móviles en el proceso.

-Agg, gracias al universo de que estas bien.-Sarah fue la primera en hablar. Se acercó corriendo hacia a mi, uniéndonos en un fuerte abrazo. Escondí mi cara en su cuello, oliendo su esencia.-Te he echado de menos.-susurro en mis oído izquierdo.

-Yo también a ti.-susurre sin despegarme de su cuello.

-¿Y para mi no hay nada?-preguntó a mis espaldas. Me deshice del agarre de Sarah. Stefani seguía viva. No lo pensé dos veces y corrí hacia ella, no dudó en cogerme de los muslos y colocarme entre sus caderas.-¿Todo bien?-preguntó mientras yo seguía abrazada a todo su cuerpo.

-Más que nunca.-susurré escondiéndome en su cuello.

-Anna le hizo ver que te mataba.-escuche como le dijo Eva.-Y que tú le matabas.-esta vez se dirigió a Sarah.

-Entiendo.-dijo Sarah con pena.

-Eso nunca pasara.-susurró Stefani mientras me daba un beso en el cuello.

-Lo se.-sentencié separándome de ella, mirando a las tres. Iba a seguir hablando pero el teléfono de Sarah comenzó a sonar.

-¿Si?-preguntó Sarah a quien sea que estaba en la otra línea.-Oh.-nos miró enseguida.-Señor y señora Grey.-abrí los ojos como platos.-Si, todo bien. Les he llamado para preguntarles de los poderes de su hija.-paró unos segundos.-Si, entiendo. Su hija es capaz de provocar las peores pesadillas a la gente que toca.-Stefani me abrazó por atrás, mientras que Eva me apretó la mano.-No tenían de idea, ya.-me miró por unos segundos.-Entiendo, les aviso cuando su hija despierte.-colgó la llamada.

-¿Qué dicen?-le pregunté acercándome a ella.

-Que no tenían ni idea del poder de su hija, que nunca le habían visto hacer eso.-dijo el teléfono en la mesa.

-¡Mentira!-gritó Eva tomándome por sorpresa.-Lo que ha hecho hoy es demasiado poderoso como para crearlo de un día para otro.

-Eva tiene razón.-comenzó a decir Stefani.-Lo que ha hecho hoy lleva demasiado entrenamiento. Años, diría yo.

-Tan solo tiene dieciocho años.-intente contrarrestarlas.

-O los padres dicen la verdad o Anna Gray no es quien dice que ser.-sentenció Sarah saliendo del despacho hacia la enfermería.-Lo descubriremos ahora.-su voz salió demasiado fría y firme. 







Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora