Capítulo 8

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-Esperar.-todas pararon en seco.-¿Que vais ha hacerle?-les pregunté asustada por su seriedad.

-Le vamos a interrogar.-contestó Sarah como si fuera lo más obvio.

-Y si no contesta.-comenzó a decir Stefani.-Nos veremos en la posición de conseguir la información de otras formas.-abrí los ojos lo más que pude.

-Es una adolescente, no podéis entrar ahí y comenzar a agobiarla con miles de preguntas.-susurre ya que nos encontrábamos casi en la puerta de la enfermería.

-¿Y que propone, señorita Allen?-Sarah se veía bastante enfadada.-No pienso tolerar que en mi institución haya una persona tan peligrosa como ella.-se acercó hacia a mí, señalándome con su dedo índice.-Y menos aún con lo que te ha hecho.

-Entraré yo.-sentencie sosteniéndole la mirada.-Solo yo.

-No es buena idea, Chloe.-dijo, esta vez, Stefani.

-Chicas.-Eva llegó hasta nuestra altura.-Estamos agravando demasiado la situación.

-¿Y no crees que es necesario?-Sarah sonó demasiado alterada.-Le hizo ver que yo le mataba.

-Y le obligó a matarme.-Stefani se puso al lado de Sarah.

-Esto es demasiado.-Eva alzó sus manos.-Chloe entra ahí, ahora.

-Yo_.-fui cortada.

-Ahora.-las tres se desafiaban con la mirada.-Yo me encargo.-susurró después de unos segundos.

No me interpuse entre sus miradas, tan solo abrí la puerta de la enfermería, entré en ella y la cerré rápidamente. ¿Por qué se comportaban de esta maldita forma? Suspire apoyándome en la puerta.

-¿Por qué has hecho eso?-oi que Sarah le preguntó a Eva.

-Si nosotras llegamos a entrar, las cosas no hubieran salido bien. Y lo sabéis.-le contestó con rabia.

-Sería lo necesario.-le dijo Stefani.

-Si, claro, seria lo necesario.-dijo Eva con sarcasmo.-No se si recordáis que esa chica provoca tus peores miedos.-paró unos segundos.-Vosotras estabais en ellos, no yo. Tiene miedo a perderos de alguna forma, no a perderme.-¿Qué? No no, eso era mentira. ¿De que estaba hablando? Unos pasos firmes se escucharon por todo el pasillo. Iba a seguirla cuando alguien quejándose me obligó a girar la cabeza.

-¿Qué hago aquí?-preguntó Anna tocándose la frente.

-Hola.-le saludé intentando estar lo más calmada.-Te encontramos deambulando sola por el bosque.

-N_no lo recuerdo.-su voz sonaba demasiado ronca.

-Toma.-le extendí una pequeña botella de agua.

-Gracias.-susurró después de beber un poco.-¿Por qué huele raro?

-Somos nosotras.-me reí en el interior recordando el bote de Eva.-Una larga historia.-le dije después de ver sus ojos agrandarse.-Alguna vez te había pasado algo semejante a esto.

-¿A qué te refieres?-se intentó reincorporar en la camilla.

-¿Alguna vez has perdido la consciencia?-me atreví a preguntarle mientras me apoyaba en su camilla.

-No que yo recuerde.-puso cara de pensativa.-¿Por qué?

-Necesito que hagas memoria, Anna.-le dije nerviosa por su intensa mirada.

-Hubo una vez.-dijo después de unos segundos.-Estaba en mi habitación, me había enfadado con mis padres. Lo próximo que recuerdo es que estaba tumbada en el suelo.

Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora