Capítulo 32

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¿Era así cómo se sentía el verdadero miedo? Sentía miedo, si. Pero a eso le podía sumar impotencia, nerviosismo, incluso odio. Odio por no haberme dado cuenta de la magnitud del asunto; estábamos ante una un grupo de psicópatas que no duraría en ningún momento ponerle fin a nuestras vidas. Una cosa estaba clara: teníamos que pensar y actuar exactamente igual que ellos.

La psicópata jefe tenía a Isa y Alycia, y ese hecho había sido la gota que colmaba el vaso. Si por un supuesto, Nicole las tenía, que era lo más probable, nosotros necesitábamos secuestrar a dos o más de los suyos.

Y ahí estábamos, reteniendo a dos de los suyos en el aula de matemáticas del segundo piso. Los más aventurados habían sido dos vampiros inexpertos, que parecía incluso que se acababan de convertir.

– Toma ya, punto para nosotros.-gritó eufórico Alex después de haber dejado inconscientes a ambos.-Solo faltan...-se quedó pensativo.

– Muchos, Alex.-Otis se apoyó en la pared cansado.-Faltan muchos.

– Pues ahora son dos menos.-les recordé acercándome a los cuerpos.-Recordar, no los matamos. Podrían estar dentro de algún hechizo de Nicole.

– ¿Entonces? ¿Qué hacemos? ¿Los amordazamos y los dejamos aquí?-preguntó Alex con sarcasmo.

– Es nuestra mejor baza.-Otis se acercó para ayudarme a atarlos.

– ¡No!-grité con rapidez al ver como se acercaba Alex.-Esta cuerda te provocaría heridas muy fuertes.

– ¡Ahh! Así que así es como no van a intentar escapar.-ladeó la cabeza sonriente.-Me gusta este plan.

– Si. Cuando se despierten e intenten escapar, la cuerda les quemara hasta que paren.-le explica Otis.-¿En serio no te acuerdas? Lo dimos en el último curso.

– Si, claro. Como si fuera ayer.

– Claro.-me levanté para mirar por la ventana.-Es un caos.-admití viendo como algunos profesores luchaban con el enemigo.

– ¿Ese es el profesor de literatura de primero?-señaló Alex hacia el hombre que acababa de noquear a tres a la vez.

– Si, es un buen brujo.-le contestó Otis.

– Y un cabrón en su asignatura.-miré de mala manera a Alex.-¿Qué? Nos mandaba muchos trabajos y unos muy largos. Yo solo quería divertirme.

– Ese señor nos está salvando y tú estás aquí criticándolo.

– No es mi culpa que la profesora Green nos haya ordenado mantenernos dentro.-caminé hasta la puerta decidida.-¿A dónde vas?

– A por los que quedan en el edificio.-salí de ahí echando humo.

Eva nos había pedido amablemente quedarnos dentro del edificio, para que si le pasaba algo a Jorge, nosotros fuéramos los primeros en oírlo. Hasta el momento su puerta permanecía cerrada con un hechizo de cerradura medieval. Nunca nadie había logrado romper ese tipo de magia.

Nos había nombrado algo de que iría a por Stefani y Sarah, quienes todavía no habían dado señales de vida. Cosa que no era preocupante si se tenía en cuenta que estaban encerradas en las mazmorras. Y todo el mundo sabía que desde ese sitio no se escuchaba nada de nada.

– Necesitamos refuerzos.-Alex y Otis vinieron corriendo hacia mi.-Más vampiros, brujas, licántropos... .

– ¿Dónde está Elizabeth?-me congelé por completo al oír la pregunta de Otis.

– ¿Quién es Elizabeth?

– Su otra compañera.

– ¡¿Tienes cuatro?!-gritó alarmado Alex.-Yo tengo una y con ella me vale.

Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora