Capítulo 20

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-¡Tom!-grité descontenta.-¡La brazada más larga!

-Tranquila fiera.-dijeron a mis espaldas.-Que hoy es sábado.-la sonrisa de Elizabeth se agrandó cuando puse los ojos en blanco.

-¡Marta!-volví a gritar mientras me giraba.-¡El salto debe ser más alto!

-Chloe.-pronunció Elizabeth.-Chloe.-colocó una mano en mi hombro.-Creo que deben descansar.

-¡Descansaran cuando lo hagan bien!-grite a los cuatro vientos para que los dos me escucharan.-Por algo accedí a dar clase un sábado.

-Creo que necesitas descansar.

-Ya he descansado bastante.-le dije caminando hacia la orilla para despegarme de su agarre.-¡Repetirlo!-grité cansada.

-Es mejor que se vayan.-susurró en mi oído.

-Bien.-le dije caminando hacia el trampolín.-¡Ya os podéis ir!-al segundo en el que lo dije, los dos salieron corriendo.

-¡¿Qué haces?!-preguntó Elizabeth al verme subir.

-Voy a saltar.-contesté una vez arriba.

-¡¿Acaso eso no es peligroso en tu estado?!

-No me importa.

¿De verdad no me importaba? No tenía ni la más mínima idea, pero se que necesitaba saltar. Estaba cansada de todo, de esperar algo que nunca llegaba, de los entrenamientos, de llorar hasta tarde y dormirme con los ojos en lágrimas. De todo.

No podía aguantar esto mucho más.

Elizabeth pareció entenderlo porque no dijo nada más en contra de mi idea. Por lo que no esperé ni un segundo más y me tiré. Sencillamente me dejé caer.

El golpe en el agua fue seco y doloroso, pero a estos tiempos de mi vida, el dolor era lo que menos me importaba. El fondo de la piscina se veía cada vez más cerca y la verdad era que no veía el momento de subir a la superficie. ¿Qué pasaría si me quedara así para siempre? ¿Qué hubiese pasado si no hubiera venido a este lugar desde un principio? Viviría igual que ahora, cohibida con mis poderes.

Mis ideas fueron puestas en segundo plano cuando unos brazos fuertes me arrastraron hasta la superficie.

-¡No vuelvas a hacer eso!-el grito de Elizabeth fue ensordecedor. Sin soltarme nos llevó a ambas a la orilla.

-¿El qué? ¿Tirarme del trampolín más alto de la piscina? ¿O no querer salir a la superficie?-sus ojos se ahogaron, como si estuvieran dispuestos a echar alguna lágrima.

-¿Qué te pasa?

-Simplemente estoy cansada de todo.-apoye mis hombros en la orilla y en ellos mi cabeza.

-¿De las clases?

-Las clases son las pocas cosas que logran mantenerme cuerda en este sitio.-le contesté cerrando los ojos.

-¿Entonces?-colocó su mano en mi hombro de nuevo.

-Se que dije que no volvería a probar la sangre, pero no tener mis poderes me está volviendo loca.-le expliqué.-¿Has visto mi cuerpo? Está lleno de moretones que no sanan porque soy humana.-su mano comenzó a deslizarse por mi espalda.-Apenas puedo transmutar.

-¿Y por qué no vuelves a beber?

-Porque tengo miedo de descontrolarme.

-No creo que eso pase.-apretó su mano en mi hombro.

-Ya pasó con Anna.-su mano se tensó al nombrarla.-Y que Nicole no haya actuado después de un mes, va a acabar conmigo.

-Cada día esa tal Nicole me cae más mal.-ese comentario consiguió sacarme una sonrisa.-Que nadie te diga lo que hacer, Chloe. Si quieres beber sangre, bebe.-abrí mis ojos encontrándome con los suyos.-Pongo la mano en el fuego.-quitó su mano de mi espalda y la colocó en la orilla.-A que Chloe Allen no se descontrolara nunca.-un simple chasquido y de sus dedos comenzó a salir una pequeña llama.

Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora