Capítulo 18

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-¿Qu_qué?-pregunté nerviosa mientras daba un paso hacía atrás.

Ninguna de las dos habló durante unos segundos, segundos eternos a mi parecer. Pero algo cambió en su mirada, su sonrisa creció aún más, como si eso fuera posible. Algo me descolocó aún más, su risa, comenzó a reírse como si no hubiera un mañana.

-Deberías de haber visto tu cara.-su postura impidió que la pudiera tomar en serio.

-No tiene gracia.-sentencié enfadada poniéndole mala cara.-No me gusta que se rían de mi.-le miré por unos segundos, en los cuales ella bajó la cabeza sin saber qué decir.-Ya nos veremos.

Giré mi cuerpo y empecé a caminar hacia la institución. Resople sin gana alguna. ¿Por qué se había comportado así?

-¡Espera!-gritó a mis espaldas. Cuando quise darme cuenta ya estaba delante de mí.-No era mi intención reírme de ti.-musitó mientras se recuperaba de haber corrido.-Era una broma, no quería que siguieras pensando en lo que te paso.-explicó con miedo.-A mi hermano le funcionaba, siempre le decía algo que no se esperaba para poder calmarle y que pensara en otra cosa.-colocó sus manos detrás de su espalda.-Lo siento si te he ofendido.

-¿Por los ataques de ansiedad?-me tenía demasiado intrigada.

-Si. Siempre se sentía mal después de un ataque, así que inventé eso para que se olvidara.-explicó pensativa.

-¿Cómo se llama?-me atreví a preguntar.

-Se llamaba Adam.-pronunció con debilidad.-Murió hace seis años.

-Lo siento.-di un paso hacia ella y mis brazos la rodearon con fuerza.-No me quiero imaginar lo que es perder a un hermano.-pensé instintivamente en el hermano de Sarah, una pequeña lágrima corrió por mi mejilla.-Si perdiera a los míos me daría algo.

-¿Tienes hermanos?-un pequeño soplido salió de su nariz, estaba llorando. Subí mi mano a su cabello y con cuidado comencé a acariciarlo.

-Tengo dos, Annie y Cristopher.-le contesté sin separarme. Sus sollozos me estaban rompiendo el alma.-¿Cuántos años tenía?

-Veinticinco.-contestó separándose de mí mientras pasaba sus manos por sus ojos.-Era mi mellizo.

-Y_yo.-me quedé sin saber qué decir al ver sus ojos rojos de tanto llorar.-Lo siento, de verdad.

-Siento que te haya sentado mal lo de antes.-resonó su nariz intentando calmarse.

-No te preocupes ahora se porque lo has hecho.-intenté sonreír para que ella también lo hiciera.

-¿Amigas?-preguntó alzando su mano.

-Agg, calla.-mis brazos volvieron a rodearle.-Amigas.-afirmé con total seguridad.

-Chloe te hemos estado buscando por to_.-la voz de Eva cesó por completo al verme con alguien más.-Oh, hola profesora Edevane.-saludó demasiado seria, segundos después de separarnos.-¿Se encuentra bien?-preguntó colocándose a mi lado.

-Si si, como una rosa.-le contestó dando unos cuantos pasos hacia atrás.

-¿Estás bien?-preguntó Eva esta vez mirándome con preocupación.-¿Tus manos?-bajó su mirada a ellas.

-Estoy bien.-afirme para calmarla.-Elizabeth me ha curado.

-¿Podemos hablar?-volvió a preguntar.

-Si, claro.-le contesté.-¿Estarás bien?-le pregunté a Elizabeth.

-Si, me quedaré leyendo un rato.-me contestó con una sonrisa.-Nos vemos luego.-afirmó caminando hacia el lado contrario de la institución.

-¿Vamos?-me preguntó Eva con una pizca de molestia.

Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora