Capítulo 15

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-¿Seguro que puedes estar aquí?-le pregunté preocupada mientras íbamos hacía el comedor.-Ya han pasado cuatro días_.-

-Ya te dije que me había pedido unas vacaciones.-explicó Otis abriendo la puerta y permitiéndome pasar primero.-Tranquila.

-¿Sabes algo de Anna?

-Sigue sin recordar.-me contestó pensativo.-Aunque, definitivamente, es una mujer loba.

-Lo sabía.-exclamé asustándolo.

-¿No vas por ahí?-preguntó señalando la fila de la sangre.

-No, he decidido dejar la sangre de lado, al menos por un tiempo.-le expliqué cogiendo una ensalada y unas pechugas.

-¿Te haces la sana ahora?-preguntó cogiéndose dos trozos de pizza.

-Ja ja, que gracioso.-le contesté con sarcasmo.

Con la comida ya en la mano, anduvimos hasta una mesa apartada de los alumnos y nos sentamos en ella.

-Oh, venga ya, sabes que es verd_.-

-Hola, chicos.-saludó alguien, obligándonos a levantar la vista.

-Hola.-dijo entusiasmado Otis. ¿Pero dónde había quedado toda la timidez?

-Hola.-saludé a Paula y a Jorge por educación.-Otis, te presentó a Jorge.

-Encantado.-dijo Jorge alzando su mano para estrecharla.

-Igualmente.-¿Acababa de sonrojarse?

-¿Podemos sentarnos?-preguntó Paula sin atreverse a mirarme.

-Si, por supuesto.-le contestó con rapidez Otis.

-¿También estudiabas aquí?-le preguntó Jorge a Otis para acabar con el silencio incómodo que se había creado.

-Si, soy del mismo año de Chloe.-le contestó demasiado sonriente.-¿Qué tal te encuentras?

-Bien, dentro de lo que cabe.-una pequeña mueca salió de mis labios.-El enorme calor ha cesado y la herida del cuello ya está casi olvidada.

-¿Entonces no eres un trihíbrido?-volvió a preguntar Jorge desanimado.

-No.-me reí al instante.-Y menos mal.

-Oye.-se quejó Otis mientras me daba un pequeño golpe en mi hombro.-Ser hombre lobo está muy bien.

-Si.-admitió Jorge.-Puedes convertirte en lobo. Puedes_.-no supo qué más decir.

-El olfato mejora.-le siguió Otis.-También puedes_.-fue interrumpido por Jorge.

-Correr muy rápido.

-Muy llamativo todo, la verdad.-admití con ironía. Al instante me llevé dos miradas con un notable enfado.-Es broma, es broma.-alcé mis manos mientras reía.

-Me alegra que estés bien.-sentenció Jorge cogiéndome de la mano por unos segundos.-¿Paula? ¿Estás bien?-preguntó al ver que la nombrada no había hablado en ningún momento.

-Yo.-trasladó su mirada hacia mí con lentitud.-Quería pedirte perdón. Siento demasiado no haberte creído. No sé que pas_.

-Tranquila.-coloqué mi mano sobre la suya.-Tan solo escuchaste a Cate.

-Lo siento, de verdad.-volvió a disculparse.

-No te preocupes.-logré sacar una sonrisa de sus labios.

-¿Las perdonarás?-susurró Otis con miedo a ser escuchado. Seguí la línea imaginaria que creaban sus ojos. Di de inmediato con Eva y Stefani.

-Algún día.-le contesté melancólica apartando la mirada.-Es di_.-me callé de inmediato al no escuchar ningún ruido en el comedor. Todos los alumnos habían dejado de hablar.

Nada tiene sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora