Conociendo nuestros origenes.

501 16 0
                                    

P.D.V. Jhon:

          Desperté enroscado a un cuerpo que al tocarlo de nuevo identifique de inmediato.

Mi preciosa Grace. Le había hecho el amor de la forma más cariñosa e inocente posible.

Pero el solo hecho de hacerle el amor era una experiencia nueva para mí, porque yo estoy digamos que diseñado solo para tener sexo pasional.

Y por lo que veo hacer el amor y tener sexo con pasión y lujuria es bastante distinto. Podría decir que polos opuestos.

Anoche el amor cegó mis sentidos, la música no se ni como comenzó a sonar pero hizo que el momento fuese más especial e inolvidable.

Puede que el sexo sea algo realmente satisfactorio pero despertar al lado de la persona, la única persona que podría amar de esta manera después de haber hecho el amor va más allá de cualquier orgasmo, va más allá de cualquier clímax, nunca nada será igual.

Y puedo confirmar que la espera por este momento no fue en vano porque fue, aunque sea contradictorio, excitante dentro de la ingenuidad.

Porque resulta que cada beso que ella me da es una milésima de segundo para vivir más. Grace se encontraba acostada bocabajo y con la espalda descubierta, totalmente desnuda ante mis ojos, solo las sabanas cubrían aquella hermosa hada que podía atar mis sentidos y convertirlos en suyos, sin embargo, ya lo eran.

Por lo que aproveche la ocasión y me acerque más a su cuerpo.

Bese su suave espalda, roce varios lugares de su piel con mis labios. Su piel tan frágil y mis labios tan destruidos y sucios de alguna forma, sabe a dulce de caramelo. Hasta que ella comienza a mover su cabeza adormilada mente.

Mis dedos tocaron su piel en círculos suaves.

Sonrió con sus ojos aun cerrados.

Se veía tan sensual medio desnuda y adormilada que tuve que sonreír.

-Buenos días dormilona- coloque un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Me encontraba afincado en mi brazo, o por lo menos mi cabeza lo hacía.

-Hola- dijo- ¿Qué tal has dormido?

-Excelente desde que fue contigo. Gracias por hacerme pasar una de las mejores noches de mi vida- comente.

Hizo una mueca en señal de duda.

-¿Cuál ha sido la otra noche?- pregunto.

-La noche en la que te confesé el profundo amor que siento por ti- conté con ironía fingida pareciendo Romeo llamando a su Julieta.

-¡Idiota!- riño.

-Solo ven aquí- y acerque mis labios a los suyos.

Este se hizo más intenso cuando ella se subió encima de mi torso.

Me separe un poco.

-Despertaste muy hambrienta ¡Eh!- susurre.

Sonrió.

-Muy hambrienta- me beso.

-También yo, pero quiero llevarte a un lugar especial- dije.

-¿Ah sí? ¿Puedo saber a dónde?- pregunto aun estando encima de mí.

Dreamy Girl Dancer © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora