Créditos a la bella @JennPG por la belleza en multimedia <3.
Grace:
¡Vamos Grace! Eres buena para mentir y para ingeniar un rápido plan, ¿te vas a rendir a estas alturas del partido?
No tienes qué perder, o bueno, quizá sí...
¡Idiota pero ese no es el caso!
Es tu pasión lo que está en juego, como diría mi mejor amiga, "cariño, saca las garras".
— ¡Pues bien, parece que prefieres esto por las malas!—siguió en reproche mi madre—. Contaré hasta diez, cuando la cuenta haya acabado derrumbaré la jodida puerta.
De acuerdo Grace piensa, son diez segundos, o lo tomas o lo dejas. Y no es momento de hacer a un lado las oportunidades que caen mágicamente del cielo o en esta ocasión, de debajo de la puerta.
—Comienzo a contar—bramó esta vez—. Uno...dos.
Sí, sí Smith, hazlo. Era eso o nada joder. Inicié quitándome el chaleco que cubría mi camisa negra vieja, no, no, no, camisa sal por favor, no ahora.
—Tres, Grace Smith—golpeó la puerta otra vez—, cuatro.
¡Sí! Me la saqué.
Te toca pantalón, sé que serás más sencillo de dejar. Desabroché el botón, la cremallera...
¡Maldito mundo! Se trabó con un pedazo de blúmer, Dios esto será 2012, perdóname la vida.
— ¡Jovencita abre en este preciso instante!—esta vez era papá—. Ya son cinco—advirtió mamá luego.
Cremallera baja por favor, sin rasgar este blúmer, es bastante cómodo y debe costar una fortuna ahora. Nada peor como este suplicio, por el cual menos de cada 10 mujeres pasaban cada maldito día, que suerte la mía de ser la 9.
— ¡Seis!—gritó mamá.
Intenté de nuevo, sin embargo no lo logré, estaba perdida, me quedaba tan ajustado que sin la cremallera abajo no conseguiría deshacerme de él.
— ¡Ya son siete, Grace Smith!—golpeó más fuerte la puerta, cada golpe era un vuelco al corazón. Por supuesto, al mío.
Está bien, no importa, te restan tres segundos, tan solo tres para salvar años de escape. ¡Joder, estos blumers no cuestan años de sacrificio para cumplir mi sueño!
Bajé la cremallera sin temor y mi blúmer se hizo pedazos, al diablo, la gente de la selva no usa esta porquería, demasiada comodidad egoísta. Aunque Smith, esto es Chicago, no Amazonas. En fin, solo busco una excusa basta para no sentirme tan basura por rascar algo tan precioso como la ropa de calidad.
— ¡Ocho maldita sea!—gritó mi madre más enojada que nunca irrumpiendo en mi debate mental sobre la ropa íntima, qué falta de respeto—. Nueve y diez. Lucian, derriba esa puerta de una maldita vez.
El sonido de la puerta haciéndose pedazos me sobresaltó en gran escala, pero más miedo tenía de ella acerándose, hecha una furia. Mamá no lo hagas, no ahora, la mayor vergüenza de mi corta vida.
— ¡Grace Elizabeth Smith!—gritó cerca de mi cama intentando quitarme las sábanas— ¡Estás sorda!
Retiré una de las sábanas que cubría mi cabeza, claro, fingiendo antes un rostro adormecido, como quien no quiere la cosa.
— ¿Qué pasa mamá?—me quejé—. Ya ni puedo dormir en paz y tranquilidad en esta casa.
—A mí me respetas, llevo rato desgarrándome las cuerdas vocales para que me abrieras—comentó algo más tranquila—; pensé que...
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Dreamy Girl Dancer © (Editando)
Teen FictionATENCIÓN: En esta historia se encuentran disponibles para lectura al público solo los capítulos enumerados. El resto está sujeto a modificaciones o eliminación definitiva. Cuando Grace Smith, una bailarina con escasos recursos económicos que lucha c...