29.- Renacer

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---------Disfrútenlo, el 30 está por venir <3---------------

Grace:

Sus palabras fueron contundentes, no había nada más que explicar. Jack había sido cegado por el dolor, el sufrimiento, por la culpa misma de no haber hecho suficiente por Jhon.

—Este es el final de lo que alguna vez creí que ocurriría—rompió el silencio entre nosotros—. Le juré al padre de Jhon que lo protegería sobre mi propia vida, y le fallé Grace; mis esfuerzos terminaron por conducirlo hasta aquí—una lágrima rodó por su duro rostro—. No sabes cuánto deseo ser yo el que esté detrás de este cristal. Pero, creo que estoy del otro lado para ser el que cobre las deudas, el que envía de regreso al infierno a los malditos como él...

— ¿Cómo quién?—me apresuré a preguntar.

—Como Alex Hilson—apenas pudo decir su nombre y yo sentí morir cuando lo hizo—, fue él quien intentó asesinar a Jhon. Desde esa noche en que Jhon ingresó a emergencias con su padre, había tenido que protegerlo de Alex, por la situación que había tenido con la madre de su mejor amigo, su padre presumía que vendría por él en busca de venganza. Y mira, después de casi tres años, acertó—apretó los puños y di un paso hacia él, insegura de su reacción, pues aunque se mantuviese firme se desplomaría en cualquier momento—. Nunca entendí la ansiedad que tenía Alex por matar a Jhon, debía ser al contrario.

Mi confusión fue inevitable, la conmoción de todo lo sucedido me convertía en la chica más lenta.

— ¿Por qué?—miré a Jhon, creyéndolo incapaz de hacerle daño a alguien.

—Porque la madre de Jhon engañó a su padre con Alex, su mejor amigo para entonces—recordé las palabras de mi novio en su carta de regreso, ahora todo tenía sentido—, no fue hasta que enfrenté a ese malnacido que entendí el motivo por el que no fue a buscar a Jhon a los días del accidente. Sino después, muchas semanas después—le hice un gesto para que prosiguiera—. La madre de Jhon se quitó la vida cuando él la abandonó por su traición, Alex sintió que era más sencillo culparlo a él por su muerte que a sí mismo, o a nadie incluso. ¿Quién puede tener la culpa de que alguien más ya no tenga fuerzas para vivir?

Nadie, absolutamente nadie podía considerarse responsable. Claro que al oír aquello, fue imposible que un escalofrío me helara el cuerpo, no quisiera estar nunca en el lugar de Alex, quien no podía ser justificado, pero era innegable lo mucho que había sufrido viendo como el amor de su vida ya no estaba, acrecentando dentro de sí la convicción de que había un culpable, de que ella jamás querría hacerlo por deseo propio. Era así como dolía menos, creyendo que las personas que amas se marchan por una razón que no tiene que ver contigo, o con ellas mismas; sino con alguien que es fácil de odiar.

Unas voces lejanas, que de poco en poco se convertían en cercanas, irrumpieron en el silencio que Jack y yo habíamos decido tomar. Su respiración comenzaba a entrecortarse, nunca había conocido al Jack nervioso, capaz de huir de algo que yo desconocía, hasta que entonces pude divisar a dos policías hablar con las enfermeras de guardia. Sentí la sangre latirme descontrolada por todo el cuerpo, durante esos minutos con él solo había podido presumir una desgracia y ahora, era más que obvio que tendría que presumir otra.

Yo sabía lo que Jack había hecho con esa arma que me había mostrado, pero al no querer convencerme de ello, interrogué:

— ¿Están buscándote a ti, cierto?

Desvió su mirada de la mía, incapaz de mentir y dijo:

— ¿Qué te hace pensar que me buscan a mí?

—Hablan muy fuerte como para no saber que están describiendo a alguien muy similar a ti—exhalé tratando de controlar mis nervios—, y no es como si pasaras desapercibido con todo ese aspecto—entonces, finalmente tuve el valor de hacerlo—: ¿por qué te buscan?

Dreamy Girl Dancer © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora